ESTRELLAS DEL BÉISBOL
Por Héctor Barrios
Fernández.
“Thomas Jefferson” como
lo aseguró a sus lectores el Baseball Magazine, “cuando escribió la Declaración
de Independencia de los E.U.A hizo un pacto con el béisbol cuando él declaró
que todos los hombres son y por derecho deberían ser libres e iguales. Eso es
lo que son en un juego de pelota, banqueros, albañiles, abogados y trabajadores
comunes.”
Las grandes ligas
habían hecho un lugar para los hijos de inmigrantes casi de cualquier parte del
mundo, pero el espíritu democrático aún no se extendía ni al diez por ciento de
la población estadounidense.
En 1901, John McGraw
había tratado de incorporar a un segunda base negro llamado Charlie Grant al
roster de los Orioles de Baltimore, con el nombre de Charlie Tokahoma,
asegurando que era cherokee. “Si (McGraw) realmente sostiene a este ‘indígena’”
dijo Charlie Comiskey, presidente de los Medias Blancas de Chicago, “Yo
conseguiré a un chino de entre mis conocidos y lo pondré a jugar tercera base.”
Grant participó de esta farsa, pero pronto fue descubierto cuando sus amigos
negros lo comenzaron a felicitar. Nunca consiguió el puesto.
Bud Fowler, quien había
jugado en la liga del noroeste, no pudo lanzar por más tiempo. “El viejo látigo
regresó a mí,” dijo, y se ganó la vida como peluquero en Cooperstown, los
esfuerzos de él y otros por formar una liga negra habían fallado.
Los aficionados negros
estaban ansiosos por seguir a equipos profesionales negros con nombres tan
maravillosos como los hombres que jugaban en ellos, los Cuban X-Giants, Quaker
Giants, New York Lincoln Giants, Meridian Southern Giants, Lousville Fall
Citys, Indianapolis ABCs, French Lick Plutos, Hot Springs Majestic White Sox.
Solamente la ciudad de Chicago tenía tres grandes equipos, los Giants, el Union
y el Union Giants.
J. L. Wilkinson, un
empresario blanco de Kansas City, formó su arrollador equipo “El equipo de
todas las naciones,” compuesto por negros, asiáticos, mexicanos y
latinoamericanos, dispuestos a jugar contra equipos de cualquier color.
Dos jugadores
afroamericanos destacaban de los demás. El primero era el manager-lanzador
Andrew “Rube” Foster, quien encabezaba a sus “American Giants” de Chicago con
record de 126 ganados por 6 perdidos en una temporada, empleando tanto
estrategias psicológicas, buen pitcheo y artes histriónicas. Rube Foster decía
que: “La prueba definitiva viene cuando tienes que lanzar con hombres en base.”
No te preocupes. Trata
de aparentar que estás alegre y confiado. Tienes que sonreír de manera
constante aun con las bases llenas con dos strikes y tres bolas en la cuenta.
Esto te hace parecer confiado. Por ejemplo, cuando veas al bateador muy ansioso
por batear, desperdicia un poco de tiempo, cuando todo mundo le grita al
bateador que conecte la pelota, desperdicia unas cuantas bolas y reta sus
nervios, la mayoría de las veces tú ganarás atrayéndolo con un lanzamiento
malo.
Otra estrella negra de
esta época fue John Henry “Pop” Lloyd, un excelente bateador y shortstop a
quienes los aficionados llamaban “el Honus Wagner negro,” por el gran shortstop
de los Piratas de Pittsburgh. El verdadero Wagner dijo que él consideraba un
honor ser comparado con “Pop Lloyd”.
Cuando el equipo de
Lloyd finalmente tuvo oportunidad de jugar en juegos de exhibición contra un
equipo de grandes ligas, fue en una serie contra de los Tigres de Detroit en
Cuba en 1911, Ty Cobb bateó .370 de porcentaje en 19 veces al bat, “Pop” Lloyd
bateó en 22 ocasiones y promedió .500.
Equipos como “Havana
Stars” tuvieron bastante éxito enfrentándose a equipos de ligas mayores, de
hecho, Ban Johnson estaba tan preocupado que ordenó que ningún equipo de
grandes ligas “vaya a Cuba para ser batido por equipos de negros.”
Como su contraparte
blanca, los muchachos negros ahora soñaban con hacer carrera en el béisbol y W.
E. B. Du Bois, editor de “Crisis,” el periódico de la nueva Asociación Nacional
para el Progreso de la Gente de Color, vendió algunas suscripciones yendo de
puerta en puerta, prometiendo equipo para practicar el béisbol. “El béisbol es
el deporte más popular” publicó.
“En cada aldea, pueblo o ciudad, pueden estar
los futuros ‘Rube’ Fosters…jugando en cada esquina, bateando, lanzando y
aprendiendo cómo jugar béisbol. Organiza tu equipo.”
“Uno de estos días,”
declaró Bud Fowler al Cincinnati Enquirer en 1904, “algunas personas con
suficiente valor se darán la oportunidad y formarán una liga de color de
aproximadamente ocho ciudades y ganarán un barril de dinero.”
Valor suficiente pronto
sería encontrado.
Tomado del documental
“béisbol” de Ken Burns.
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