domingo, 27 de febrero de 2022

 


Al Bat       


Las Ligas Negras

En efecto, el legendario y famoso circuito reunió a grandes talentos que por la discriminación racial no tenían oportunidad de jugar en el beisbol de Ligas Mayores.


Por Jesús Alberto Rubio


Durante 50 años, cerca de 4 mil jugadores formaron parte de las famosas y legendarias Ligas Negras.

Empero, en tan prolongado y denigrante lapso los estadounidenses observaron el desarrollo del beisbol de Grandes Ligas de una manera incompleta.

Y es que a su sombra, con mucho menos recursos pero con una cantidad de talento igual y en algunos casos superior, se llevaba a cabo la lucha de peloteros que por la discriminación racial no tenían oportunidad de jugar en Ligas Mayores.

En ese histórico circuito imperaba una labor del orgullo de la igualdad del ser humano.

Sería hasta en 1947 cuando Jackie Robinson, al poner un pie en un diamante de beisbol uniformado de un equipo de Las Grandes Ligas, empezaría a quedar atrás aquellas barreras humanas que por muchas décadas impidieron que la historia del beisbol hubiese tenido un mejor recuento de las proezas de tantos y tantos talentos negros.

Por ejemplo de talentos, hay botones de sobra:

Para empezar, Barry Bonds no tuviera en su poder el récord de jonrones para una temporada (73), o Hank Aaron no hubiese sido el hombre que más jonrones de por vida (755). Sólo por citar a dos notables del pasatiempo

Y todo... por el color.

Pero como ellos, tiempo antes hubo grandes peloteros negros quienes registraron su enorme calidad, talento y capacidad para ganarse un lugar especial dentro del Salón de la Fama de Cooperstown.

Incluso, buena cantidad de estos talentos fueron considerados para llegar a Cooperstonw con todo y que por la misma discriminación no jugaron en la Gran Carpa, como sucedió con Martín Dihigo, Josh Gibson, Satchel Paige, Ray “Mamerto” Dandridge o James “Papa” Bell a quienes por fortuna la afición mexicana tuvo en suerte verlos jugar y admirar, especialmente en la época en que Jorge Pasquel los contrató en aquella década de los cuarentas.



Una retrospectiva



Pero, ¿qué tal si juntos hacemos una retrospectiva en el tiempo para ver aquellos primeros años del beisbol del vecino país?

El beisbol se inventó en 1845 gracias a Alexander Joy Cartwright, jugándose el primer partido en Hoboken, New Jersey y, supuesto... no había peloteros negros.

Pero, cuando llegaron las reglas y este deporte comenzó a difundirse y hacerse popular, los jóvenes de color comenzaron a practicarlo con gran éxito.

En 1862 ya había equipos formados por jugadores de color, como lo fueron el Brooklyn Monitor y el Weeksville Unknow, empero, ya desde entonces, el problema de la discriminación racial prevalecía e impedía que los peloteros afroamericanos jugaran beisbol organizado.

Por ejemplo, ell 11 de diciembre de 1868 apareció la exclusión de los afroamericanos por parte de la National Association of Baseball Players, la cual votó por unanimidad que “cualquier Club que posea uno o más jugadores de color, será considerado como equipo de color".



Los precursores


 

Mucho tiempo antes de Jackie Robinson, los hermanos Moses Fleetwood y Welday Walker, en 1883 llegaron a jugar en el beisbol profesional organizado, siendo los primeros negros en hacerlo.

Moses, de receptor, y Welday, como jardinero, militaron con el equipo Blue Stockings de Toledo en la Liga Northwestern.

Al siguiente año Toledo fue invitado a formar parte de la Asociación Americana, que era una Liga Mayor de EU, pero tipos como Cap Anson, primera base y mánager de Chicago, en esos días amenazó con no presentarse a jugar si “esos negros” continuaran jugando. 

Por supuesto que esa fuerte discriminación racial provocó que los hermanos Walker fueran retirados de su equipo por lo que retornaron a las menores.

De todas formas los afroamericanos continuaron jugando al beisbol.



El primer equipo de negros



El primer equipo totalmente negro y profesional fue los Cuban Giants en 1885, quienes vieron acción en la Liga Midle-State teniendo como sede a la ciudad de Trenton, Nueva Jersey.

Ellos serían campeones en 1886 en la Liga Eastern Interestate vistiendo los colores de la ciudad de York en Pennsylvania.

El último equipo de negros que participó en una liga organizada del vecino país fue el Celeron de Nueva York en la Liga Iron&Oil. ZY cierto es que al entrar el siglo 20, los peloteros de color proliferaron pero todos eran independientes; o sea que viajaban por diferentes ciudades para enfrentarse a equipos de blancos o negros.



Rube Foster



Rube Foster, conocido como el Padre del Beisbol Negro, fue quien en 1920 fundó en EU la primera Liga Negra Organizada: la National Negro League.

Ese año surgieron los equipos Chicago American Giants, que fue el campeón; Detroit Stars, Kansas City Monarchs, Indianapolis ABC, Cuban Stars, St. Louis Giants, Dayton Marcos y Chicago Giants.

En aquel periodo las Ligas Negras jugaron 11 Series Mundiales y crearon su propios Juegos de Estrellas y por supuesto se convirtieron en el mas grande deporte negro del vecino país cautivando la imaginación de todos los aficionados.

Incluso, en esa época hubo confrontaciones entre los mejores talentos de Ligas Negras contra las grandes estrellas de las Mayores y, la verdad, siempre salían con la mejor parte.



Equipos famosos y crueles viajes



En ese tiempo, los Monarcas de Kansas City eran tan famosos como los mismos Yankees de Nueva York.

Y así como Babe Ruth, Lou Gehrig y Joe DiMaggio con su sola presencia llenaban los estadios, lo mismo hacía Satchel Paige cuando jugaban los Monarcas de aquel Kansas City que en ese entonces era como un bonito pueblo comparado con las grandes ciudades como Nueva York, Chicago y Filadelfia, además de distinguirse por ser la capital del jazz y el blues.

Otros grandes equipos negros de esa época fueron las Aguilas de Newark, los Homestead Grays que ganaron siste títulos consecutivos, o bien aquellos Cubans Star y el New York Cubans integrados por jugadores antillanos de color que tampoco podían jugar en Ligas Mayores.

Los peloteros de esos días soportaban  crueles viajes en autobús, los que se convirtieron en una leyenda; viajaban toda la noche para jugar dobles partidos en lugares distantes los domingos por la mañana.

Muchas veces tenían que vestirse en sus autobuses ya que no tenían tiempo para instalarse en los hoteles que generalmente estaban detrás de las vías de los trenes en los barrios negros.

Sin embargo... era inevitable la caída de ese circuito debido a que los jóvenes (y veteranos) negros comenzaban ya a  recibir invitaciones y buenos contratos de Las Grandes Ligas, que obviamente tenían mayor poder económico.



El debut de Robinson



Antes de llegar a Brooklyn, fue el 19 de abril de 1946 cuando Jackie Robinson debutó como segunda base con los Reales de Montreal, en la Liga Internacional, siendo reconocido como el primer jugador de color en ver acción en el beisbol organizado del siglo 20.

Jackie abrió la temporada con un jonrón y tres sencillos contra Jersey City y al concluir el rol regular sería el campeón bat con .349.

En el 47 el propietario de los Dodgers, Branch Rickey pensó que ya era tiempo de darle la oportunidad a Robinson de instalarlo en la Gran Carpa y con ello dar fin a la barrera racial prevaleciente hasta ese año con todo y que sabía muy bien a lo que se iba a enfrentar el novel pelotero al entrar al terreno de juego.

En efecto, Jackie tuvo que hacer frente a un sinnúmero de injusticias, insultos y abusos; fue amenazado, ridiculizado y presionado durante y mucho tiempo antes de que sus hazañas hablaran por él.

En su primera temporada, en medio de críticas adversas de la fanaticada que no daba crédito ni aceptaba hasta ese entonces que un pelotero negro jugara en Ligas Mayores, Robinson fue nominado Novato del Año al batear .297, anotar 125 carreras, estafarse 29 bases, producir 48 carreras y pegar 12 jonrones y 5 triples.

Jackie Robinson terminaría con .311 de bateo en diez años con sus Dodgers, tocándole participar en seis series mundiales para luego pasar a la historia en 1962 como el primer pelotero negro en ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown.



Irrumpen en la Gran Carpa



En 1947, después de que Jackie Robinson dio fin a la degradante discriminación racial en el beisbol de Ligas Mayores, comenzaron a llegar grandes estrellas negras a la Gran Carpa... cuando todavía a toda la afición de color sólo se le permitía ver los juegos desde los bleachers (graderío).

Incluso, aquellos días en que a los peloteros negros no se les permitía  dormir en los mismos hoteles donde se hospeda el resto de los jugadores; así sucedió en Cincinnati y San Luis, por citar dos ciudades.

Robinson seguía en ese tiempo el líder en todo... hasta en las reservaciones de hoteles para peloteros de color.

Pero, la avalancha ya no se detenía y los peloteros de color... seguían apareciendo en el mejor beisbol del mundo.



Larry Doby



Otra impactante figura que llegó a Cleveland, proveniente de Las Aguilas de Newark,  fue Larry Doby para pasar a la historia como el primer afroamericano de la Liga Americana, ganándose un sitio muy especial  por su poderoso bateo y eficacia en los jardines.

Doby jugaría 13 campañas alcanzando a pegar 253 jonrones, impulsar 969 carreras y batear para .283.

Aquella inolvidable temporada del 47 los Cafés de San Luis también incluyeron en su line up a Henry “Ametralladora” Thompson y los Cafés de San Luis a Williard Brown.



Dan Bankhead



En ese 47 también llegó Dan Bankhead a Dodgers, quien se presentó el 25 de agosto con un hecho impresionante: conectó cuadrangular en su primera vez al bat.

Se convirtió en el primer pítcher negro en Ligas Mayores, con todo y que solamente lanzó en cuatro partidos sin tener decisión alguna. 

Dan jugaría en Brooklyn en 1947, 1950 y 51.

A Bankhead lo vio lanzar la afición de México, ganándose su admiración y afecto por el profesionalismo y finos modales dentro y terreno de juego. 

Vio acción como pitcher y utility con Monterrey, Aguila de Veracruz, Tigres, Broncos de Reynosa y Pericos de Puebla.

Aquí en invierno, con Hermosillo una vez llenó las bases con bases por bolas malas y enseguida procedió a ¡abanicar a los tres siguientes bateadores!

En 10 temporadas en el beisbol de verano (hasta 1966), bateó .294 y tuvo 29-18 en ganados y perdidos, con una efectividad de 3.72.




“Satchel” Paige



En 1948, el año en que murió de cáncer Babe Ruth, el propietario de los Indios de Cleveland, el famoso Bill Veeck, contrató al legendario Leroy Robert “Satchel” Paige, quien ya desde 1928 lanzaba para los Birmingham Black Barons, en las Ligas Negras y en esa campaña de su debut terminaría con 6-1 y 2.47.

Paige sería ser el primer negro en lanzar en una Serie Mundial. Lo hizo contra Bravos de Boston en tan solo 2/3 del quinto choque de ese clásico del 48 en que los Indios ganaron en seis juegos.

“Satchel”, uno de los grandes talentos del pitcheo de todos los tiempos y miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, tenía 42 años de edad y todavía a sus 59 se daría el lujo de lanzar tres entradas ante los Medias Rojas de Boston.

Satchel Paige llegó a Ligas Mayores después de ganar más de 300 juegos en Ligas Negras.

Hasta ese año los peloteros de The Negro National League (Las Ligas Negras) prácticamente estaban en desbancada y no tardarían muchos días para que el circuito dejara de existir ante la apertura de los peloteros negros a la Gran Carpa para dar fin a una insultante discriminación racial.



Roy Campanella



Esa temporada del 48 Roy Campanella también llegó a Dodgers y durante 10 años fue el receptor más poderoso de su tiempo, teniendo participación en cinco series mundiales y luego llegar en 1969 a ser el segundo negro, después de Robinson, en instalarse  en Cooperstown.

Durante nueve años, Campanella había sido durante nueve años una estrella de los Baltimore Elite Giants de Ligas Negras e incluso desde 1945 había llamado la atención  del dueño de bats y pelotas de los Dodgers, Branch Rickey.

Precisamente una semana antes de que los Dodgers convirtieran a Robinson en el primer jugador negro contratado por un equipo de Ligas Mayores, Rickey le pidió a Campy que jugara para él, solicitud que rechazó por la creencia de que el magnate se refería al Club Negro que, según rumores, se pensaba iba a crear.

Cierto es que Branch Rickey había inventado como escaparate para buscar talentos de la altura de Robinson o Campanella.

A la siguiente temporada Rickey repitió el ofrecimiento y Campanella firmó el convenio con Dodgers y junto con Don Newcombe fue enviado al New England, clase B, después de que otro equipo sucursal rechazara la integración de jugadores de color.

Campy bateó .290 en 113 partidos y fue designado el Jugador Más Valioso, con lo cual fue promovido al Montreal, entonces de Liga Menor y ahí en 135 partidos pegó 13 jonrones y promedió .273.

En el 48 fue enviado a Saint Paul de la Asociación Americana y después de algunos meses, cuando bateaba .325, fue llamado para integrarse a los Dodgers de Brooklyn.

En su primer partido portando su eterno número 39, Campanella lució en grande con cuadrangular, doble y dos sencillos.



Segundo negro en Cooperstown



Campanella fue uno de los héroes de Dodgers y durante 10 años fue el receptor más poderoso de su tiempo en el big show, teniendo participación en cinco series mundiales y llegar en 1969 a ser el segundo negro, después de Robinson, en instalarse  en Cooperstown.

Campanella fue el Jugador Más Valioso en 1951, 1953 y 1955; estuvo en su tiempo considerado como hombre  récord como receptor con 410 cuadrangulares.

Además, en la campaña del 53 impuso las para ese entonces marcas para un jugador de su posición con 41 jonrones y 142 carreras empujadas.

Su enorme carrera fue cegada en 1958 a causa de un accidente automovilístico que lo dejó semiparalítico, obligándole a pasar el resto de su vida en una silla de ruedas y luego a sus 71 años de edad murió un 26 de junio víctima de un ataque al corazón.

Fue hijo de una mujer negra y padre de descendencia italiana; había nacido en Filadelfia el 19 de noviembre de 1921.



Don Newcombe 



Y siguieron llegando peloteros de color:

El 49 arribó a Dodgers Don Newcombe y tuvo en su debut 17-8, con 3.17 de efectividad.

Más tarde, el 56, sería el primer ganador del Cy Young de la Gran Carpa al acumular 27-7, 3.06 y 139 ponches.

Fue el año en que Yankees le ganó a Dodgers la Serie Mundial en siete partidos, pero donde particularmente se recuerda a Don Larsen por haber lanzado el único juego perfecto en esa clase de confrontaciones. Larsen le ganó el duelo de 2-0 a Salvatore Maglie, quien lanzó ocho entradas para sólo cinco hit. Sin embargo su joya de pitcheo y un cuadrangular y atrapada de Mickey Mantle lo haría registra su nombre en la historia.

Newcombe perdió 9-0 el séptimo y decisivo donde por cierto Jackie Robinson jugaría su último partido de su vida en Ligas Mayores.



Monty Irvin



Monford “Monty” Merrill Irvin, en 1949 tenía 29 años de edad cuando debutó con los Gigantes de Nueva York.

Irivn había recibido honores a granel como All Star en cuatro deportes en la Lincoln University en Pennsilvania donde estudió durante dos años Educación Física.

En el 41, a sus 22 años de vida, prácticamente “quemó” las Ligas Negras jugando con Las Aguilas de Newark al batear un fabuloso .432 con 44 cuadrangulares, por lo que no pasó inadvertido para el magnate mexicano, Jorge Pasquel y muy pronto también le extendería jugoso cheque para que jugara en el 42 con los Azules de Veracruz en México.

Con los Azules vio acción en 63 partidos como jardinero, suficientes para demostrar su gran talento: fue  campeón bat con .397, en jonrones (20) y slugging (.722), además de impulsar 79 carreras, anotar 74, pegar seis triples y 17 dobles. 

En el 43 contrajo nupcias y fue llamado a enrolarse en el Ejército de Estados Unidos y fue enviado a Europa donde llegó a tomar parte en algunos combates, sirviendo además de guardia en campos de prisioneros alcanzando el grado de sargento y siendo liberado hasta 1945 cuando terminó la II Guerra Mundial.

Retornó a sus Aguilas de Newark para jugar de campo corto haciendo pareja con Larry Dobyy y cuando Jackie Robinson fue contratado por Dodgers, también quisieron llevárselo a él sólo que Irvin  después de su participación en el conflicto bélico mundial no se sentía apto física y mentalmente para ir a Ligas Mayores, por lo que no aceptó la invitación.

Con Newark jugó el 46-48 y en el invierno en la isla de Cuba el 48-49 hasta que finalmente después de un intento de Saint Paul, sucursal de Brooklyn por firmarlo, aparecieron los Gigantes de Nueva York, quienes también conmtrataron al “Ametralladora” Thompson.

En el 49 inició la campaña con Jersey City de la Liga Internacional y cuando promediaba al bat .373 el mánager de los Gigantes Leo Durocher lo llamó de inmediato al equipo grande.

En la primavera del 50 fue enviado de nuevo a Jersey City, pero cuando bateaba para .510 con 10 cuadrangulares y 33 imopulsadas, más que de inmediato lo jalaron a los Gigantes para quedarse en forma definitiva.

En el 51 fue el mejor productor de la Liga con 121 y en la Serie Mundial acaparó la atención por ser el mejor bat con .458.

Fue la Serie Mundial que ganaron los Yankees en seis partidos y en la que mientras Joe DiMaggio se despedía del beisbol, la fanaticada gozaba el arribo de Mickey Mantle... y Willie Mays.

Monty Irvin jugaría ocho años en Ligas Mayores para promediar .293, en tanto su promedio en Ligas Negras había sido de .346.



Sam Jethroe y Mays...



El el 50, Sam Jethroe pasó a ser el primer pelotero negro en jugar para los Bravos de Boston. 

En su debut pegó dos hits, incluyendo un cuadrangular y al final de la temporada fue nombrado Novato del Año de la Liga Nacional.  

El 51 apareció por vez primera con Indios de Cleveland nuestro conocido Orestes “Minnie” Miñoso.

En la misma temporada, Willie Mays fue Novato del Año. (La trayectoria de Mays de 22 años con 660 jonrones y .302 de por vida, sin duda, merece un capítulo especial).

También Sam Hariston hizo su arribo a las Medias Blancas (1951); Bob Trice con Atléticos (53); Ernie Banks con Cachorros en 1953; Curt Roberts con los Piratas (54); Tom Alston, con Cardenales en el 54; Saturnino Escalera (Rojos, 1954) y Carlos Paula con Senadores en el 54.

Yankees debutó en el 55 al gran receptor Helston Howard; Filis a John Kennedy en el 57; Detroit a Ossie Virgil en el 58 y Jerry “Pumpsie” Green debutó con Medias Rojas en el 59 para que los 16 equipos de la Gran Carpa cerraran  ese primer ciclo de peloteros de color a partir de Jackie Robinson.



Primer mánager negro....



Y así como Jack Roosevelt Robinson... el temible toletero de Rojos de Cincinnati y Orioles de Baltimore, Frank Robinson, pasaría a convertirse en 1975 en el primer mánager negro con Indios de Cleveland.

En el 62, John O¨Neill pasó a la historia como el primer coach negro en Ligas Mayores. Llegó el 29 de mayo con los Cachorros de Chicago. El segundo lo fue Jim Gilliam, ex estrella de los Dodgers.

El primer gerente general negro lo fue Bill Lucas, con Atlanta.

Pero, he aquí la apoteosis:

El primero de septiembre de 1971 los Piratas de Pittsburgh alinearon sólo peloteros negros:

Al Oliver saltó a la primera; Rennie Stennet a segunda; Jackie Hernández al short; Dave Cash a tercera y Manny Sanguillén a la receptoría; En los jardines estuvieron Willie Stargell (izquierdo); Gene Clines al centro y el gran Roberto Clemente en el derecho. Dock Ellis fue el lanzador.



Héroes de ayer y hoy



Por todo ello, hoy y siempre, mis respetos a todos estos peloteros héroes de color que en su tiempo escribieron notables páginas y que a través de sus predecesores aún siguen registrando con gran talento su paso por el deporte rey.

Si... ayer y hoy, aquí y allá, también brindemos un homenaje a los Walter Fenner “Buck” Leonard, James Thomas “Cool Papa” Bell, Max Manning, William Julius “Judy” Johnson, John Henry “Pop” Lloyd, Oscar Charleston, Lonnie Sommers, Teholic Smith, Lino Donoso, Mario Ariosa, Santos Amaro, Willie “Diablo” Wells, William “Barney” Serrell, Raymond “Jabao” Brown, Felix McLaurin, Jesse Douglas, Teholic Smith, Ramón Bragaña, Martín Dihigo, Walter McCoy, Leroy Matlock, Vic Harris, Cy Perkins, Claro Duany, Basilio “Brujo” Rosell, Bill Wright, Al Pinkston, Sungo Pedrozo, Luis Tiant, Juan Marichal, Bob Gibson, Diómedes “Guayubín” Olivo, Tony Oliva, Felipe Alou, Willie Mays, Frank Robinson, Rod Carew, Lou Brock, Ozzie Smith, Bobby Bonds, Willie McCovey, Tony Gwynn, Reggie Jackson, Ken Griffey Jr...

Filetes de oro.. aunque muchos, por la segregación racial, no hayan llegado a Ligas Mayores.

Y todos ellos, con grandes proezas, como las escritas con letras de oro por Josh Gibson, “el Babe Ruth de las Ligas Negras; Buck Leonard, estrella de estrellas en Ligas Negras, México, Cuba, Puerto Rico, Venezuela; por supuesto, el mejor primera base negro de su tiempo, especialmente con los Homestead Grays de los años treintas.... Cool Papa Bell, el de mayor velocidad y junto con Oscar Charleston, el mejor jardinero central de las Ligas Negras; Judy Johnson, el mejor tercera base; “Mamerto” Dandridge, enorme como short, segunda y tercera... Lloyd, Bragaña, Donoso, Dihigo... y así.



En tres Salones de la Fama



Precisamente:

Fue el caso de Martín Dihigo, conceptuado como uno de los jugadores más completos que ha producido el beisbol latinoamericano y quien en base a sus proezas es el único pelotero en estar instalado en tres Salones de la Fama de tres países: de Cooperstown, México y Cuba.

De hecho, en Ligas Mayores fue el primer pelotero cubano en lograr ingresar a ese recinto.

Nacido en Matanzas, Cuba (1905-1971), a los 17 años de edad empezó a jugar en la Liga Invernal Cubana y pronto se distinguió por su poderoso brazo, su implacable fildeo y manera de batear.

Cuenta la leyenda que en aquellos días Dihigo le ganó una competencia de tiro a un jugador de Jai Alai. Su fuerza en el brazo ha sido comparada con la que muchos años después mostró el inolvidable Roberto Clemente.


Entre 1923-1945, además de las Estrellas Cubanas, militó con varios equipos de las Ligas Negras, como el Homestead Grays, Philadelphia Hilldales, Baltimore Black Sox y New York Cubanes, así como en clubes de Puerto Rico, Venezuela y México.

A sus 20 años de edad ya era un muy efectivo y fino bateador que impresionaba, como aquella ocasión de 1936 cuando conectó un jonrón de 500 pies en el estadio de Pittsburgh, exactamente al estilo y poder destructor con que bateaba Josh Gibson.

En 1926 y 1935 fue campeón jonronero. Su .316 en Ligas Negras manifiestan su calidad bateadora con todo y que también era pitcher abridor, jardinero y relevista cuando figuraba como mánager. 

Dihigo dirigió a los New York Cubans, en México y Cuba, hasta 1950.

El también jugó las nueve posiciones en varios partidos.



Primer sin hit... dos triples coronas



Martín Dihigo, luego de su gran actuación en Ligas Negras, llegó a nuestro beisbol de verano, allá en 1937 y para demostrar su real valía de inmediato demostró que era algo grande: Lanzó para El Aguila el primer juego sin hit ni carrera en la historia de la Liga Mexicana, blanqueando 4-0 a Nogales (16 de Septiembre), en Veracruz.

Más tarde, fue también el primer bateador que conectó de 6-6 (contra Agrario) el 18 de septiembre en el Parque Delta.

Ese 37 El Aguila obtendría su primer título del circuito gracias a su majestad el pitcheo de Dihigo, quien en la serie final contra Agrario --en serie a ganar 3 de 5-- el de Matanzas sería el puntal en la loma venciendo el 11 de octubre primero 3-2 a Basilio “Brujo” Rosell; al día siguiente 7-2 a Alberto Romo Chávez y el jueves 16 completaría la limpia al imponerse 6-4 de nueva cuenta a Romo Chávez.

Dihigo lanzó los tres juegos completos... ¡en 6 días!. Y lo más importante fue que siempre “pidió la bola” al mánager Agustín Verde.

Dihigo, sería más que formidable: dos veces, el 38 y el 42, se adjudicaría la triple corona de pitcheo, algo que nadie ha hecho.

Ganar la triple corona de pitcheo, solamente tres lanzadores han consumado tal proeza: Dihigo, Fred Waters y Panchillo Ramírez.

Pero Dihigo fue más allá: Lo hizo por partida doble para dejar bien establecida su grandeza.

En 1938 ganó los títulos de efectividad (0.90), de ganados y perdidos con 18-2 para promedio de .900 (también el mejor) y de abanicados, con 184. 

Y algo más: Obtuvo el banderín de bateo, con .387.

O sea, una campaña.... asombrosa.

Y claro, fue la inspiración para que El Aguila ganara su segundo banderín del circuito.



Grande, como mánager-jugador



Para 1942, defendiendo el uniforme del Unión Laguna de Torreón, ahora en calidad de mánager-jugador, Martín Dihigo volvió a apoderarse de la triple corona de pitcheo: 22-7, 2.53 211 abanicados.

Con semejante actuación del gigante antillano, su equipo también logró el primer banderín de su historia.


Pero no todo quedó ahí:


Martín Dihigo posee los récords de más ponches (34) en dos juegos consecutivos. Ese truco lo hizo en 1939 con El Águila y el de más temporadas (4) siendo líder en abanicados.

Cuatro años fue pitcher campeón en ganados y perdidos y dos veces en efectividad.

Luego de su carrera de once años y 213 juegos, Dihigo debe seguir siendo el mejor en porcentaje de juegos ganados y perdidos al acumular 119-57.

Una vez ponchó a 18 en juego de 9 episodios.

Jugó con El Aguila del 37 al 39. Del 40 al 50 militó para Torreón, Azules de Veracruz, México, Nuevo Laredo y San Luis Potosí.

Dihigo, luego de retirarse como jugador activo, trabajó como cronista de beisbol y más tarde, Ministro de Deportes del gobierno de Cuba.

Murió en 1971.