Por
Cesáreo Suárez Naranjo.
Capítulo
26.
Estamos
por ir - en nuestra narración - a la Liga de la Costa del Pacífico. Del
invierno 1964/65, precisamente. Pero, antes, permítanme referirme a una versión
que corrió, respecto a BECERRIL FERNÁNDEZ; y que proviene de la pluma de Tommy
Morales.
Es
la siguiente: "En cierta ocasión, cuando ya siendo un jugador maduro se
volvió a comentar que posiblemente los Diablos Rojos lo enviarían a una
organización americana, le dijo al gerente Arnulfo Rodríguez: “¿Para qué me
quieres cambiar si sabes que soy feliz en México?”. Haya sido "como haya
sido", si Becerril NO trató de lograrlo cuando estaba "entero" -
en plenitud de sus facultades, e interesó a los Piratas de Pittsburgh y a los
Rojos de Cincinnati - ¡menos ahora!
MIGUEL
volvió, por tercera ocasión consecutiva, a los Ostioneros de Guaymas. En esa
campaña, que inició el 26 de septiembre, y concluyó el 7 de febrero, los
comandados por Guillermo Frayde volvieron a alzarse con el título, quedando los
Cañeros de Los Mochis en segundo sitio Y, según la información que me envió el
colega Jesús Alberto Rubio, la ayuda del muchacho de Las Choapas fue bastante,
ya que bateó para .297 e impulsó 53 carreras, conectando 19 jonrones.
Para
la temporada 1965 el panorama fue totalmente distinto, para los Diablos Rojos.
Aunque siguió al mando Tomás Herrera, y los directivos conservaron a la mayoría
del plantel anterior... ¡algo pasó! Uno se extraña, en verdad, cuando ve el
cambio - tan diametral - que ocurrió en el desempeño del equipo, si los
jugadores que salieron fueron, en realidad, muy pocos; y, además, estaban
recibiendo "sangre" nueva proveniente - principalmente - de su
sucursal en la Liga Central.
De
los que más destacaron en la temporada anterior, y que ya no aparecía en la
nómina, estaba "Petacas" Simpson, parte importante para que los
Diablos se coronaran (con 19 dobletes, 14 jonrones y promedio de .306).
Tal
parece que ese fue su ultima campaña en el B.O.
Otros
que salieron lo fueron Willie Arano, Humberto Ayala y Andrés Rivera (otro
hombre importante, a la ofensiva, con sus 19 cuadrangulares y 90 producidas).
Ayala sólo apareció en 5 partidos, y fue enviado a la Liga del Sureste, donde
ya andaba Wilfrido.
Y,
por lo que hace al "Avestruz", comenzó con los Diablos, con los que
apareció en 20 partidos. Pero fue enviado a los "Charros", para
hacerle lugar al "Diablo" Montoya, quien regresaba al equipo después
de haber estado con El Paso (Texas) la temporada anterior.
Y
estos fueron los "recién" llegados: Arturo Álvarez, Esiquio Colis,
Mario Félix, Rogelio Fernández, Raúl Gámez, Felipe Leal, Antonio Moreno, Luís
Peralta, William Prout, Cosme Retamoza, Francisco Ríos, Heriberto Ruelas,
Carlos Sandoval y "Bobby" Treviño.
Al
arrancar la campaña, los Diablos tuvieron dos series consecutivas en casa. Del
26 al 29 recibieron a los Sultanes; y, del 30 de marzo al 1o. de Abril, a los
Broncos. Veamos el line-up que presentó Tomás Herrera en la fecha inaugural:
David
García, paradas cortas; Agustín Enríquez, segunda base; BECERRIL, como tercero
en el orden y cubriendo el jardín izquierdo; William Berzunza, primera base;
Andrés Rivera en el jardín central; Jorge Calvo en la pradera derecha; Humberto
Ayala, receptor; Antonio Moreno, tercera base; y como lanzador el zurdo Aarón
Flores.
Tanto
los directivos de "pantalón largo" como el Sargento Herrera habían
depositado toda su fe en estos jóvenes, de que darían el "estirón";
sobre todo en aquel pitcher, que mencionamos en nuestro anterior, como
"teco, hasta las cachas".
Originario
del Istmo de Tehuantepec, este zurdo había tenido - en 1964 - una campaña muy
buena con el equipo sucursal en San Luis Potosí, en la Liga Central, con 15
apariciones, y entre los 10 juegos que inició completó 4 con 2 blanqueadas, y
una magnífica marca de 7-3. Obviamente, fue promocionado al "equipo
grande", donde mostró "hechuras", aun cuando solo vio acción en
dos partidos, abriendo uno de ellos, sin tener números en su
"casillero".
Todavía
más, a su favor; en la campaña invernal de la Costa había militado con los
Mayos de Navojoa, donde fue designado "Novato del Año", con números
de 7-5, con 55 ponches y 4.11 en carreras limpias. Todos los expertos (me imagino
que don Alfonso Araujo, entre ellos) le auguraban un gran futuro.
Así
que los directivos estaban contentos, de que se volviera a enfundar en la
"casaca roja". Pero el vicio terrible del alcohol (el mismo lo
reconoce, con humildad y tristeza) hizo que este "paisano-lå" tirara
por la borda todo ese hermoso panorama que se la presentaba.
Me
platicó un día, mientras andaba umpireando en el campeonato local: "Tomás
me tenía toda la confianza; pero como muchas veces llegaba tomado, me regañaba.
Eso me molestaba, y discutía muy fuerte con él, y hasta lo retaba a pelear. Sí,
yo era un TECO muy TERCO" termina, con una sonrisa de tristeza. (¡Y con el
carácter fuerte que tenía "el Sargento", quien se había
"fogueado" en la guerra de Corea!).
Total
que, desafortunadamente, no duró mucho. Cuando lo dieron de baja había
aparecido en 12 encuentros, con marca de 1-2 en ganados y perdidos, y un
horrible promedio de 8.18 en carreras limpias. Y se vino a "refugiar"
a la Liga del Sureste, con Yucatán y Puerto México. ¿Su nombre? GERÓNIMO
AMBROSIO. ¡Lastima! (Volveremos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario