sábado, 21 de mayo de 2016

25: BECERRIL Y CESÁREO



Capítulo 25.

Becerril, Tommy Herrera, "El Loco" Valdés... ¡y hasta un ampayita! dentro de esta historia que estoy contando - "a mi manera" - sobre la vida de BECERRIL FERNÁNDEZ y bien vale la pena incluir otras, que le dan "sabor", porque en el mundo del beisbol suceden algunas cosas, tan extrañas como ocurrentes.

Pero, antes, déjenme decirles, a raíz de la coronación de los "Diablos Rojos" en la temporada 1964, que bien merecen ser nombrados todos los que colaboraron a este triunfo (lamentando no contar con los nombres de algunos personajes importantes, como lo fueron los coaches y el batboy, pues no sé si ya había llegado el Abuelo Mora... ¡lo siento!).

Así, los "pingos" contaron en la receptoría con Alberto Palafox y Humberto Ayala, quedando este último con toda la responsabilidad, por haber pasado el fogoso Beto a los Broncos de Reynosa. No fue sino hasta que consiguieron los servicios de Rudy Sandoval - quien estuvo la mayor parte de la campaña con los Pericos, - que pudieron reforzar ese departamento.


El cuadro no pudo estar mejor pertrechado, con William Berzunza por primera, Agustín Enríquez en la intermedia, David García en el campo corto y Leo Rodríguez en la antesala.

Aquí se pudo ver la utilidad de BECERRIL, pues según las estadísticas que proporciona The Official Guide, además de encabezar en el fildeo a los jardineros, cubriendo principalmente la pradera izquierda, el sargento Herrera lo puso a jugar también en el infield - short, tercera y primera - teniendo una actuación impecable en esta última. El resto de los jardines lo cubrieron Avestruz Rivera y "Suitcase" Simpson.


Y, en el pitcheo, Aarón Flores, Alberto Joachín, Alfredo Ortiz, Ramón Arano, Rafael Fabela, Toche Peláez, Eusebio Elizalde, e Ignacio Martínez (y hacía poco que habían subido a un muchacho, ¡"teco hasta las cachas"!, de quien hablaremos, más adelante).

Como suplentes - pero aportando sus respectivas cuotas - estuvieron Willie Arano, Jorge Calvo, Roberto “Tawa”  Lizárraga y Gonzalo Villalobos.

Los Diablos terminaron con marca de 82-58, sacando sólo 3 y 4 juegos al Puebla y al Águila, respectivamente. Sus "clientes" lo fueron los "Charros", a quienes vencieron en 16 ocasiones, por únicamente 4 descalabros. Pero, en cuanto a "la guerra civil", ésta se inclinó 11 juegos a 9, a favor de sus odiados rivales, los "felinos".


BECERRIL tuvo una muy buena temporada con los siguientes numeritos: en 131 juegos apareció 466 veces al bat, consiguiendo 137 imparables, 31 de los cuales fueron dobles, 10 triples (con los que, por tercera ocasión, encabezó la liga); más 21 palos de vuelta entera - uno con las bases repletas - todo ello para un promedio de .294, añadiendo a ello 103 anotaciones y 95 producidas.

Y, bien, al igual que en 1956, los dueños del equipo decidieron festejar el título. En aquella ocasión, Héctor Peralta decidió que fuese en el "CAPRI", en el recordado Hotel Regis; y que era propiedad de su hermano Anacarsis.


 Ahora, Manuel Marrón, Víctor Rivero, Rafael Lebrija, Jaime de Haro; y, ¡por supuesto! su gerente, Arnulfo Rodríguez, escogieron el lugar de "moda": "La Fuente", que presentaba a la artista Ana Bertha Lepe y al "Loco" Valdés. Debemos "imaginar" que todo estaba de ambiente. ¡Sólo qué...."¡nunca falta un pelo en la sopa" (y parte de esto lo tomo de uno de los libros que publicó Tomás Morales, allá por 1968).


 Una de las personas que estaban allí no había sido invitada; pero, de alguna manera, logró "colarse", y ya algo pasadito de copas, que aumentó todavía más, con las visitas frecuentes que hacía a la barra. El caso es que cuando Manuel comenzó su actuación, el intruso empezó a interferir en el "show", ¡hasta que consiguió desquiciar al "Loco". Tuvieron que sacarlo, "de palomita".

De "ese individuo" - el intruso - tenemos referencias que nos podían hacer suponer que también estaba "tocado",  y actuaba como umpire. Por páginas de Internet pude seguir "su rastro". TONY AHUMADA tenía experiencia en ese "rubro", ya que aparecía trabajando en la Liga de California - Clase "C" - hasta que, en Enero de 1957, fue transferido a la Liga Noroeste, de clasificación "B".

Pero, para "efectos" de nuestro relato, lo encontramos - en 1963 - trabajando en un mejor nivel de pelota: en la Liga de Texas, "Doble A". Y, ahí, sucedió el incidente del cual nos enteramos, "a través de la página 11, del Nevada State Journal, de Reno, Nevada, publicado el miércoles 3 de julio de 1963" (precisamente).

Sucedió que Ahumada estaba umpireando en un partido, en el cual uno de los equipos contendientes eran los Duques de Alburquerque (sucursal de los Dodgers). En una de las jugadas (debemos suponer que algún jugador "del otro equipo" estaba embasado). El caso es que a un lanzamiento del pitcher, la pelota se le pasó al receptor BARRY ERDOS (sin poder definir si fue wildpitch o pasbol). Erdos fue a recoger la esférica e intentó hacer un tiro al cuadro; con tan mala puntería que la bola golpeó a AHUMADA directamente en la cabeza, causándole una herida que lo obligó a abandonar el partido, requiriendo que le hicieran nueve puntadas. !De ahí, la cosa!




Porque este umpire pasó a trabajar a la Liga Mexicana, a partir de esta temporada de 1964 que "nos está ocupando". De su actuación no sabemos nada; "solamente" que en una serie realizada entre los "Pingos" y el Águila - en el puerto jarocho (entre el 5 y el 7 de junio) - la "tropa" del sargento HERRERA se adjudicó dos de esos partidos; pero en el que les costó la derrota, tuvo mucho que ver que Tomás le protestara un jonrón de RENE FRIOL, y lo hizo con "tanta vehemencia" que empujo al ampayer principal, que era ¡precisamente AHUMADA! (lo que le costó cuatro días de castigo). Y, "tal vez" (¡tal vez!) a Ahumada no se le olvidó esa "ofensa"; y haya querido vengarse en el momento menos oportuno: durante la mismísima celebración del título. ¡Hasta aquí, por ahora!

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