Capítulo 25.
Becerril, Tommy
Herrera, "El Loco" Valdés... ¡y hasta un ampayita! dentro de esta historia que
estoy contando - "a mi manera" - sobre la vida de BECERRIL FERNÁNDEZ
y bien vale la pena incluir otras, que le dan "sabor", porque en el
mundo del beisbol suceden algunas cosas, tan extrañas como ocurrentes.
Pero, antes, déjenme
decirles, a raíz de la coronación de los "Diablos Rojos" en la
temporada 1964, que bien merecen ser nombrados todos los que colaboraron a este
triunfo (lamentando no contar con los nombres de algunos personajes
importantes, como lo fueron los coaches y el batboy, pues no sé si ya había
llegado el Abuelo Mora... ¡lo siento!).
Así, los
"pingos" contaron en la receptoría con Alberto Palafox y Humberto
Ayala, quedando este último con toda la responsabilidad, por haber pasado el
fogoso Beto a los Broncos de Reynosa. No fue sino hasta que consiguieron los
servicios de Rudy Sandoval - quien estuvo la mayor parte de la campaña con los
Pericos, - que pudieron reforzar ese departamento.
El cuadro no pudo estar
mejor pertrechado, con William Berzunza por primera, Agustín Enríquez en la
intermedia, David García en el campo corto y Leo Rodríguez en la antesala.
Aquí se pudo ver la
utilidad de BECERRIL, pues según las estadísticas que proporciona The Official
Guide, además de encabezar en el fildeo a los jardineros, cubriendo
principalmente la pradera izquierda, el sargento Herrera lo puso a jugar
también en el infield - short, tercera y primera - teniendo una actuación
impecable en esta última. El resto de los jardines lo cubrieron Avestruz Rivera
y "Suitcase" Simpson.
Y, en el pitcheo, Aarón
Flores, Alberto Joachín, Alfredo Ortiz, Ramón Arano, Rafael Fabela, Toche
Peláez, Eusebio Elizalde, e Ignacio Martínez (y hacía poco que habían subido a
un muchacho, ¡"teco hasta las cachas"!, de quien hablaremos, más
adelante).
Como suplentes - pero
aportando sus respectivas cuotas - estuvieron Willie Arano, Jorge Calvo, Roberto
“Tawa” Lizárraga y Gonzalo Villalobos.
Los Diablos terminaron
con marca de 82-58, sacando sólo 3 y 4 juegos al Puebla y al Águila,
respectivamente. Sus "clientes" lo fueron los "Charros", a
quienes vencieron en 16 ocasiones, por únicamente 4 descalabros. Pero, en
cuanto a "la guerra civil", ésta se inclinó 11 juegos a 9, a favor de
sus odiados rivales, los "felinos".
BECERRIL tuvo una muy
buena temporada con los siguientes numeritos: en 131 juegos apareció 466 veces
al bat, consiguiendo 137 imparables, 31 de los cuales fueron dobles, 10 triples
(con los que, por tercera ocasión, encabezó la liga); más 21 palos de vuelta
entera - uno con las bases repletas - todo ello para un promedio de .294,
añadiendo a ello 103 anotaciones y 95 producidas.
Y, bien, al igual que
en 1956, los dueños del equipo decidieron festejar el título. En aquella
ocasión, Héctor Peralta decidió que fuese en el "CAPRI", en el
recordado Hotel Regis; y que era propiedad de su hermano Anacarsis.
Ahora, Manuel Marrón, Víctor
Rivero, Rafael Lebrija, Jaime de Haro; y, ¡por supuesto! su gerente, Arnulfo
Rodríguez, escogieron el lugar de "moda": "La Fuente", que
presentaba a la artista Ana Bertha Lepe y al "Loco" Valdés. Debemos
"imaginar" que todo estaba de ambiente. ¡Sólo qué...."¡nunca
falta un pelo en la sopa" (y parte de esto lo tomo de uno de los libros
que publicó Tomás Morales, allá por 1968).
Una de las personas que
estaban allí no había sido invitada; pero, de alguna manera, logró
"colarse", y ya algo pasadito de copas, que aumentó todavía más, con
las visitas frecuentes que hacía a la barra. El caso es que cuando Manuel
comenzó su actuación, el intruso empezó a interferir en el "show",
¡hasta que consiguió desquiciar al "Loco". Tuvieron que sacarlo, "de
palomita".
De "ese individuo"
- el intruso - tenemos referencias que nos podían hacer suponer que también
estaba "tocado", y actuaba
como umpire. Por páginas de Internet pude seguir "su rastro". TONY
AHUMADA tenía experiencia en ese "rubro", ya que aparecía trabajando
en la Liga de California - Clase "C" - hasta que, en Enero de 1957,
fue transferido a la Liga Noroeste, de clasificación "B".
Pero, para
"efectos" de nuestro relato, lo encontramos - en 1963 - trabajando en
un mejor nivel de pelota: en la Liga de Texas, "Doble A". Y, ahí,
sucedió el incidente del cual nos enteramos, "a través de la página 11,
del Nevada State Journal, de Reno, Nevada, publicado el miércoles 3 de julio de
1963" (precisamente).
Sucedió que Ahumada
estaba umpireando en un partido, en el cual uno de los equipos contendientes
eran los Duques de Alburquerque (sucursal de los Dodgers). En una de las
jugadas (debemos suponer que algún jugador "del otro equipo" estaba
embasado). El caso es que a un lanzamiento del pitcher, la pelota se le pasó al
receptor BARRY ERDOS (sin poder definir si fue wildpitch o pasbol). Erdos fue a
recoger la esférica e intentó hacer un tiro al cuadro; con tan mala puntería
que la bola golpeó a AHUMADA directamente en la cabeza, causándole una herida
que lo obligó a abandonar el partido, requiriendo que le hicieran nueve
puntadas. !De ahí, la cosa!
Porque este umpire pasó
a trabajar a la Liga Mexicana, a partir de esta temporada de 1964 que "nos
está ocupando". De su actuación no sabemos nada; "solamente" que
en una serie realizada entre los "Pingos" y el Águila - en el puerto
jarocho (entre el 5 y el 7 de junio) - la "tropa" del sargento
HERRERA se adjudicó dos de esos partidos; pero en el que les costó la derrota,
tuvo mucho que ver que Tomás le protestara un jonrón de RENE FRIOL, y lo hizo
con "tanta vehemencia" que empujo al ampayer principal, que era
¡precisamente AHUMADA! (lo que le costó cuatro días de castigo). Y, "tal
vez" (¡tal vez!) a Ahumada no se le olvidó esa "ofensa"; y haya
querido vengarse en el momento menos oportuno: durante la mismísima celebración
del título. ¡Hasta aquí, por ahora!
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