Por
Cesáreo Suárez Naranjo
(Capítulo
27).
Vinicio García.
Para
desencanto de sus fieles seguidores, los Diablos Rojos "perdieron la
brújula" en la temporada de 1965 (ello se vio reflejado en las taquillas;
pues el año anterior, cuando lograron el título, metieron una buena cantidad de
aficionados, 464,689; mientras que en esta ocasión fueron 114,000 menos).
Con
más descalabros (74) que triunfos (66) los "infernales" se
desbarrancaron hasta el quinto sitio de la tabla, a 16 juegos y medio de sus
odiados rivales, los Tigres quienes, además, los humillaron en su compromiso
"particular" (llamado, como todos sabemos, "la guerra
civil") pues mientras obtenían únicamente 6 victorias, los felinos les
aplicaban 14 dolorosas derrotas.
Para
hacer más difíciles las cosas, los "pingos" pasaron por una racha
horrible (¡la peor en su historia!) de 12 derrotas consecutivas, entre el 9 y
el 20 de mayo. Todo comenzó "ese" domingo 9, en su propia casa,
cuando sostendrían una doble jornada contra los Petroleros de Poza Rica.
Los
capitalinos ganaron el primero, pero los veracruzanos se impusieron en el segundo.
Todavía, al día siguiente, los pozarricenses ganaron nuevamente. Tan pronto
terminaron, ambos equipos viajaron a la tierra del riquísimo
"zacahuil", para sostener otros cuatro encuentros - entre el 11 y el
14 - que (¡obviamente!) se llevaron "los dueños de casa".
Con
seis derrotas en fila, los Diablos regresaron al Seguro Social, donde entre el
15 y 17 recibieron la visita de los Sultanes de Monterrey, quienes les
barrieron la serie. Y, del 18 al 20 de ese mismo mes, todavía jugando en casa,
los "infernales" sufrieron otras tres derrotas, ante los Broncos de
Reynosa. Total: ¡DOCE DESCALABROS CONSECUTIVOS!
El
día 21 se trasladaron a la Sultana del Norte, para iniciar una nueva serie al
día siguiente. Y fue ahí, ¡finalmente!, que rompieron esa mala racha, al
derrotar a los regiomontanos con una pizarra apretada: cuatro carreras a tres.
"Nuestro
personaje": el buen MIGUELÓN, tampoco anduvo muy acertado con el bat, ni
muy "fino" con el guante.
Apareció
en 121 partidos, fue a la Caja de Bateo en 391 ocasiones legales, logrando
únicamente 113 imparables, de los cuales 24 fueron tubeys, 5 tribeys y solo 9
de vuelta entera - uno, con casa llena - para un promedio de .289; añadiendo a
ello 66 carreras remolcadas, y 54 anotadas.
Rubén Gómez
Al
campo actuó, más bien, como un "utility", alternándose entre la
primera y tercera base, las paradas cortas y los jardines, cometiendo más
errores de lo habitual. En fin; tanto para él, como para su equipo: ¡Una
temporada para olvidar!
Como
en todas las cosas que ocurren "cíclicamente", iba a llegar "el
invierno" - para efectos del desarrollo del beisbol en plazas de la Costa
del Pacifico. Y ahí estaba BECERRIL, una vez más en el hermoso puerto de
Guaymas, para defender los "colores" de ese equipo.
Para
empezar, podemos decir que la temporada de la llamada "Liga
Sonora-Sinaloa" - por haber ingresado Mazatlán y Culiacán - dio comienzo
el 11 de octubre de 1965, y concluyó el 16 de enero del año siguiente,
obteniendo el campeonato los Yaquis de Cd. Obregón, quedando en segundo sitio
los Rieleros de Empalme. Y en cuanto a su actuación personal, MIGUEL promedió
.275, con 11 dobles y 9 de vuelta entera, remolcando 34 carreras al pentágono.
Se
vino la temporada 1966 del principal circuito veraniego de nuestro país; pero
dejamos de ver a MIGUEL "BECERRIL" FERNÁNDEZ como un "diablo
rojo", pues fue transferido al Águila de Veracruz con los que - como
podemos recordar - ya había jugado en 1959 y 1960.
En
el equipo jarocho, dirigido por Vinicio García (mánager-jugador) tuvo de
compañeros a Humberto Cid, Eusebio Elizalde, Camilo Estéviz, Guillermo Galindo,
Rubén Gómez, Hayward Grant, Danny Hailing, Héctor Olguín, Luis Malpica, Héctor
Urbano, Gregorio Acea, Rolando Camarero, Domingo Carrasquel, Alfonso Cisneros,
René Friol, Enrique Gastélum, Eloy Gutiérrez, Jesús Lechler, Roberto Ortiz,
Chucho Rosales, Pepe Ruiz, Jungla Salinas, y los veteranos Pilo Gaspar, Chuy
Bustamante, Eusebio Pérez, ¡y Mario Ariosa!
Los
Tigres del México - ahora dirigidos por el Chamaco Garza volvieron a obtener el
título, en una temporada que se programó a dos vueltas. Y con toda esa gente a
su disposición, Vinicio "batalló" en la primera parte, quedando a 10
juegos y medio del primer lugar; pero tan solo a medio juego, en la parte
complementaria.
Los
números de BECERRIL bajaron aún más en esa temporada, pues en 127 juegos y 431
veces al bat, solo promedió .253 con 109 imparables, de los cuales 27 fueron
dobles, 4 triples y 8 cuadrangulares, con 66 carreras anotadas y 54 producidas.
¡Volveré!
No hay comentarios:
Publicar un comentario