28:BECERRIL Y CESÁREO.

Por Cesáreo Suárez Naranjo

(Capítulo 28).

De la misma manera que la leyenda del resurgimiento del "ave fénix", a partir del invierno de 1966 la afición de la costa del Pacifico comenzó a ver a un "nuevo" BECERRIL FERNÁNDEZ, como si éste hubiese tomado "un segundo aire" durante el desarrollo de la Liga Sonora-Sinaloa en su temporada 1966/1967, cuando MIGUEL regresó, por quinta ocasión consecutiva a vestir la franela de los Ostioneros de Guaymas.

La campaña, que dio comienzo el 7 de Octubre, y concluyó el 12 de enero del año siguiente, vio la coronación de los Tomateros de Culiacán con los Cañeros de Los Mochis en segundo sitio. Los Ostioneros terminaron en el sexto escalón.

BECERRIL conectó un buen número de imparables: 105, 27 de los cuales fueron dobles, encabezando el circuito en ambos departamentos, y de paso imponiendo una nueva marca de hits de dos bases; que (aun cuando fue empatada por Roberto Vizcarra, en la temporada 1991/92) duró la "friolera" de 42 años, hasta que finalmente la rompió Agustín Murillo en el 2008/09 con 30 palos de dos esquinas, jugando para los Algodoneros de Ciudad Obregón.

El impulso que desde aquí tomó el muchacho de Las Choapas le alcanzó para tener su segunda mejor temporada en la Liga Mexicana, cuando menos respecto a batazos de "cuatro esquinas", en esta ocasión vistiendo una nueva franela: la de los Sultanes, dirigidos por Wilfredo Calviño, quien ya conocía a MIGUEL de cuando manejó a los Diablos Rojos, parcialmente entre 1961 y 1962.

Este equipo, el de Monterrey, contaba con muy buenos jugadores, encabezados por "el Supermán" Héctor Espino. Sus demás compañeros: Jaime Corella, Lupe Chávez, Jaime Fabela, Humberto García, Julious Grant, Evelio Hernández, Eddie Locke, Lorenzo "Carbonero" López, Urbano Luego, Rigo Mena, Goyito Ortiz, Danilo Rivas, Saul Villegas y Roberto "Bo" Castillo.

Julious Grant.

Aun con todos esos jugadores, Calviño no pudo con el "paquete". El equipo, a la deriva, quedó en el séptimo sitio de la tabla, con 60 ganados por 80 perdidos, a 25 juegos de los Charros de Jalisco.

Pero, por BECERRIL, no quedó. Con 120 imparables en 441 turnos al bat, logró un promedio de .272, con 18 dobles, 3 triples y 25 jonrones - uno, con las bases "congestionadas - anotando 59 carreras y produciendo 86. Al campo se desempeñó cubriendo la primera, segunda y tercera almohadillas y, ocasionalmente, los jardines.

Un hecho histórico que se dio, a partir de esa temporada, es que el Beisbol Organizado le confirió a la Liga la Clasificación "Triple A". El nivel de pelota que se siguió jugando fue propiamente el mismo (Y, después de la ANABE, hasta bajó). Pero hay que ver que esa categoría redundaba, cuando menos, en el beneficio de que si un jugador de este circuito fuese del interés de algún equipo de la Gran Carpa, el precio que tenían que pagar por él era más alto.

Evelio Hernández.

No tengo noticia cierta de cuál fue el rumbo exacto que tomó BECERRIL, para la temporada invernal en la liga Sonora-Sinaloa, 1967. Por indicios que me proporcionó el colega Jesús Alberto Rubio, tal parece que ya no estuvo con los Ostioneros de Guaymas quienes, dirigidos por Ronnie Camacho, obtuvieron el título, en una campaña que abarcó desde el 15 de Septiembre al 28 de diciembre, con un calendario de 94 partidos, quedando en segundo sitio los Tomateros de Culiacán.

Todo parece indicar, entonces, que se fue con los Venados de Mazatlán para, posteriormente (no sabría decir si en esa misma temporada, o al año siguiente) pasar a los Cañeros de Los Mochis.

Es, por eso, que nos enfocamos a la campaña 1968 de la Liga Mexicana, en la cual comenzó de nuevo con el equipo de Monterrey (dirigido, ahora, por Willie Miranda); pero, en un cambio por Raúl "Caballo" Ochoa, pasó a los Pericos de Puebla, donde se encontró a Tony Castaño, como mánager, y - de compañeros - a Teolindo Acosta, Ronnie Camacho, Graciano Enríquez, Roberto "Musulungo" Herrera, Alfredo Mariscal, Jesús Bustamante, Luís Meré, Román Ramos, Graciliano Parra, Armando Murillo, Luis Esma, Manuelillo López, Juan Ramón Quiroz, Julio Cruz, etc.

Willie Miranda.

Mientras que los Pericos terminaban en cuarto sitio, con marca de 72-68, a diez juegos de distancia de los Diablos Rojos (!peor les fue a los Sultanes, que quedaron en el sótano!), Miguel tuvo la que podemos considerar su peor temporada en nuestro máximo circuito, pues de las 355 veces legales que fue al plato, consiguió solamente 88 imparables, para un bajísimo promedio de .248, anotando 37 carreras y empujando 50, con 20 dobles, 3 triples y 11 cuadrangulares.

Era evidente que sus facultades habían venido a menos. Estamos seguros que así lo sintió, por lo que optó por el retiro, pese a que seguramente hubo algunos equipos que aún lo consideraban como un "imán de taquilla", y deseaban  tenerlo en sus filas. Regresaremos.-