JUAN EMILIO BATISTA
CRUZ:
Hola, querido hermano.
Muchas felicidades por lo conseguido en la Serie del Caribe por los combativos
Venados de Mazatlán.
Ganen o no por esas veleidades que conocemos son propias
del Deporte Rey y que por eso es tan lindo, son mis favoritos para llevarse el
trofeo a Mi México lindo y Querido.
No me gusta ni un
poquito ese sistema de las Series del Caribe que permite que un equipo con solo
una victoria en cuatro salidas.
Te imaginas, querido
Jesús, que los Tigres de Ciego de Ávila, no solo dejaran fuera a un rival que
transitó invicto, sino que gane el Torneo?
No hay nada más
injusto, pero también reconozco que es parejo para todos.
Descabellada o no, es
la regla que define esa competencia.
Yo, por supuesto, al
igual que a todos los cubanos, nos llena de alegría y esperanza.
Es bien difícil, pero
no imposible.
Ah, Jesús, y una vez
más se confirma que el roce internacional, las llamadas horas de vuelo en
recorrido por las diferentes ligas, incluida la MLB es asignatura pendiente
para los talentosos peloteros cubanos.
En sus tres
presentaciones en la Serie del Caribe, desde la cita de Isla Margarita, la
novena cubana ha comenzado mal, sorprendida, a todas luces, por un béisbol de
mucho oficio, de gran calidad táctica y de un pitcheo absolutamente superior
colectivamente al de nuestras Series Nacionales, pero en todos los casos, y a
pesar de ser una competencia muy corta, se aclimataron y mostraron su mejor
cara.
Muy lastimoso lo
ocurrido a los anfitriones Leones del Escogido, favoritos de todos y que
provocaron y provocan mucha amargura, con abundantes lágrimas incluidas, a la
entusiasta y conocedora fanaticada de República Dominicana.
Me imagino la lluvia de
críticas que deben haber colmado las páginas deportivas de los periódicos de la
cercana y querida Quisqueya la Bella.
Espero que, pase lo que
pase y como escribí en esta columna tras el descalabro cubano en Isla
Margarita, la Dirección de la pelota en
mi lindo y siempre verde Caimán Antillano, aprenda la lección.
Te pido disculpas por
estas un poco largas reflexiones, pero quería compartir contigo y toda nuestra
amada Hermandad, estos puntos de vista. Un abrazo, Juan Emilio.
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