domingo, 19 de marzo de 2017

1969: METS, CAMPEONES MUNDIALES

ESTRELLAS DEL BÉISBOL

LOS METS DE NEW YORK

(2da PARTE)


Por Héctor Barrios Fernández.

Los Cachorros aún con los jóvenes talentos de Santo y Williams, sumados al poder de Ernie Banks, no pudieron detener al fenómeno que fueron los Mets ese año. 

Joan Whitney Payson, la dueña de los Mets de New York, estaba muy encantada porque ella había logrado un trato para la trasmisión de los juegos de los Mets, con una estación de radio que podía escucharse hasta su casa de verano en Maine. Celebridades como Jacqueline y Aristóteles Onasis comenzaron a asistir al estadio Shea.

El 10 de septiembre, a las 10:13 de la noche, tiempo del este de los Estados Unidos, los Cachorros cayeron al segundo lugar y los Mets se adueñaron del primer sitio. Las cosas estaban yendo muy bien para los Mets hasta que Steve Carlton de los Cardenales ponchó a 19 de ellos durante el juego del 16 de septiembre, aun así New York ganó el partido 4-3, con un par de home runs de Ron Swoboda. 

Los Mets aseguraron el título de su división el 24 de septiembre y después del juego el manager Gil Hodges trató de explicar la temporada a los aún incrédulos reporteros. 


Cuando sus jugadores celebraban atrás de la siguiente puerta, Hodges hablaba pacientemente acerca del buen pitcheo, buena defensa, confianza, ímpetu y confianza en sí mismos. 

Entonces alguien preguntó, “¿Gil cómo fue que  sucedió todo esto?” “Explícanos cómo pasó todo”. Hodges se echó para atrás en su silla y dijo, “Esto no puede pasar.” Entonces se echó a reír.

Los Mets barrieron a los Bravos en el primer play off, mientras en la Liga Americana, los Orioles barrieron a los Mellizos. 

Por esos días el pueblo estadounidense y todos los aficionados al béisbol, habían adoptado a los Mets y los Orioles estaban un poco resentidos por eso que el equipo de New York estaba consiguiendo. 

En el vestidor de los Orioles, después de haber ganado su tercer juego de la serie play off, el jardinero de Baltimore Frank Robinson dijo: “¡Ahora sí, que me traigan a ese tal Ron Gaspar!” –refiriéndose al débil bateador y jardinero de los Mets, Rod Gaspar.
Uno de los compañeros de equipo de Robinson lo corrigió. “¡No es Ron, Rod estúpido!” “Está bien” dijo Robinson. “Traigan a Rod Estúpido”.


Durante el primer juego de la Serie Mundial en Baltimore, los Mets trajeron a Rod Gaspar, perdiendo 4-1 con dos en base y dos outs en la pizarra en el séptimo inning, pero todo lo que él pudo hacer fue conectar un débil machuconcito por un lado del pitcher Oriol Mike Cuéllar, al que Brooks Robinson hizo un espectacular manejo y a mano limpia cuchareó la pelota y con un tiro espectacular a primera lo sacó out. 

Los Orioles se adjudicaron el primer juego, 4-1, batiendo a Tom Seaver y quitando un poco de euforia a la Metmanía.

Aunque al siguiente día Jerry Koosman y Dave McNally se trenzaron en duelo de pitcheo y hasta el octavo inning, cada uno había permitido solamente una carrera. En la primera parte del noveno, los Mets anotaron una después de dos outs, Ed Charles, Jerry Grote y Al Weis, conectaron sencillos, Weis un infielder no conocido por su bateo. 

En el cierre del inning, Koosman retiró a los primeros dos Orioles, pero dio bases a Frank Robinson y a Boog Powell, entonces vino Ron Taylor al relevo. Taylor obligó a Brooks Robinson a roletear por tercera para el tercer y último out del encuentro, dando a los Mets una victoria de 2-1 y emparejar la serie.


Con la serie trasladándose a New York, los Orioles parecían tener ventaja con Jim Palmer en la loma contra Gary Gentry. Pero Agee conctó un cuadrangular abriendo el juego e hizo dos espectaculares atrapadas y los Mets ganaron el tercero de la serie 5 carreras a cero. Gentry el pitcher ganador con relevo de Nolan Ryan. 

El escenario estaba puesto para uno de los más emocionantes y controversiales juegos en la historia de las series.

De nuevo Seaver contra Cuéllar, pero esta vez, Seaver fue más cuidadoso y llegó ganando 1-0 hasta el noveno inning, todo gracias a que Don Clendenon conectara un cuadrangular solitario en el segundo inning. 

Con un out en el noveno, Frank Robinson conectó un sencillo al izquierdo, enseguida Boog Powell lo envió a tercera con otro del mismo calibre. 

Entonces Brooks Robinson disparó una línea por rumbos del central derecho que parecía picar de hit. Pero Ron Swoboda apareció de la nada y con su cuerpo en el aire completamente extendido, atrapó la pelota con la punta del guante y su cabeza se golpeó con el terreno. Aunque la carrera del empate se anotó, Swoboda había salvado el juego con la que muchas personas aún describen como la jugada más espectacular en juegos de post temporada. Habría que revisar también la de Willie Mays y la de Sandy Amoros.


Seaver lanzó el décimo. Con un out en la pizarra, en el cierre del décimo, el jardinero izquierdo de los Orioles, Don Buford, perdió un corto elevado en el sol y Jerry Grote se anotó un hit doble, gracias al astro rey. Gaspar vino a correr por Grote y Harrelson recibió base. 

Para esas alturas del partido el coach Billy Hunter, estaba manejando los destinos de los Orioles, ya que Earl Weaver había sido expulsado en el tercer inning. Trajo a Pete Richert a lanzarle a A. J. Martin, quien estaba bateando de emergente por Tom Seaver. 

La rueda de la fortuna estaba haciendo su trabajo. 

Las fichas se estaban moviendo y cada manager meneaba el árbol a ver si le caía algún fruto. Martin dejó un toque de sacrificio y Pete Richert llegó a la pelota antes que el cátcher. Tiró a primera, muy pegado al corredor y golpeó a Martin en el hombro. La pelota fue a dar por los rumbos del jardín derecho, Gaspar -Rod Estúpido- saltó sobre el plato con la carrera del triunfo.

Los Orioles tomaron una ventaja de 3-0 sobre Jerry Koosman en el quinto juego, gracias a un cuadrangular de dos carreras del mismo pitcher Dave McNally, (aún no existía eso del bateador designado) y otro solitario de Frank Robinson. 

Pero los Mets se beneficiaron de dos jugadas en las que tuvieron que ver los bateadores. En el sexto, un lanzamiento golpeó el muslo de Robinson, pero el umpire Lou DiMuro dijo que la pelota había golpeado primero el bat, enseguida Robinson fue ponchado.

Al cierre del mismo inning, una pitcheada golpeó a Cleon Jones en el pie y de nuevo DiMuro no lo vio así. Pero el manager de los Mets, Gil Hodges salió del dugout y le pidió al umpire que buscara en la pelota crema de zapato. 

Allí estaba precisamente la pelota con un manchón negro, producido con la tinta del spike de Jones, por lo tanto DiMuro lo mandó a primera base producto del golpe recibido. Don Clendenon siguió con home run que trajo a los Mets a ponerse a tan sólo una carrera abajo. 

Weis, con solamente dos cuadrangulares en toda la temporada, se destapó con otro home run para empatar el encuentro (Me recuerda a Sergio Hugo Vizcarra contra Jaime Orozco). Los Orioles fueron dominados en el octavo, y los Mets se fueron adelante en el marcador por 5-3. Koosman caminó al peligroso Frank Robinson al comenzar el noveno. 

Entonces Powell lo entregó en segunda en una jugada de bola ocupada, Brooks Robinson elevó al jardín derecho y Davey Johnson, quien 17 años después llevaría a los Mets a ganar otra Serie Mundial, elevó al jardín izquierdo en donde sin problema atrapó Cleon Jones.



El 16 de octubre de 1969 a las 3:14 p. m. hora del este de los Estados Unidos, los Mets se proclamaron Campeones Mundiales. Según se acostumbra a llamar a los que ganan esta serie anual. Los aficionados desgarraron el pasto del estadio Shea, Casey Stangel bajó de su butaca para abrazar a Hodges, la Sra. Payson lloró y un aficionado levantaba un letrero en el que se leía: “No hay palabras.”

                                                              

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