¿Hasta cuándo las asignaturas pendientes en el béisbol cubano?
Por Juan E. Batista Cruz
Las Tunas, Cuba.- La selección universitaria de Estados Unidos dominó a la
nacional de Cuba 3-2, en el tope amistoso de cinco partidos, concluido este
miércoles y que puso de manifiesto que siguen manifestándose las asignaturas
pendientes en el plantel tricolor.
Con algunos cambios en la nómina que ganó 11 de los 20 partidos celebrados
en la liga independiente CAN-AM, el equipo que dirige Róger Machado, era
favorito para batir a los talentosos, pero aún inespertos jugadores escogidos
en las diferentes universidades estadounidenses.
Una vez más, sin embargo, las lagunas presentes en el quehacer del béisbol
cubano desde hace casi una década, salieron a flote y aunque el comportamiento
del pitcheo y la defensa fue bueno, la ofensiva estuvo ausente no solo en
cuanto a producción, sino también en la productividad, con nulidad casi
absoluta de carreras impulsadas y de extrabases.
Frente a un pitcheo de mucho control con lanzamientos entre 88 y 93 millas,
nada del otro mundo, los locales no embasaron a nadie en seis capítulos en el
choque de apertura y, en sentido general, solo conectaron con regularidad en el
choque de despedida, perdido 1 X 2, luego de dejar congelados en las almohadillas
a una docena de corredores.
En los cinco partidos celebrados, los bateadores cubanos solo pudieron
conectar 28 imparables, para promedio de cinco y fracción, solo cuatro dobles y
ningún cuadrangular.
Claro, es preciso ser justos y destacar que, además del buen trabajo de sus
lanzadores, la novena de Estados Unidos jugó brillante a la defensa, al tiempo
que la ofensiva fue bastante oportuna y un ejemplo de ello es el encuentro del
adiós, en el cual con solo tres indiscutibles lograron la victoria.
Es cierto que los topes, topes son, pero estos no solo sirven para engrasar
la maquinaria, sino que deben tratar de ganarse por aquello de la elevación de
la autoestima, de lo que ello significa como resorte sicológico, tanto desde el
punto de visita individual, como colectivo.
No se trata de “hacer leña del árbol caído” Nada más lejos de eso, pero es
que como se dice en buen cubano “ya llueve sobre lo mojado”. Mortifica, lacera,
ver como uno tras otro, los jugadores de la alineación completa hacen swines a
lanzamientos absolutamente desviados.
Llama poderosamente la atención que jugadores con experiencia no tengan
paciencia, mesura, a la hora de enfrentar a los tiradores contrarios. Da la
impresión de que llegan al home dispuestos a tirarle al primer pitcheo, venga
por donde venga, razón por la cual enseguida quedan a merced del rival
encaramado en la “lomita”.
Pero, hay más. Después de que se retiró Enrique Díaz, en Cuba no hay
robadores de bases, se utiliza poco la acción de corrido y bateo, cuesta mucho
trabajo anotar desde segunda con un jit y lo peor de todo, son demasiados
aquellos que se equivocan en el desplazamiento entre las almohadillas y echan
por tierra posibles carreras que, al final, pesan un mundo.
Mientras todo esto sucede ante el asombro de los aficionados, me molesta
que sigan las justificaciones: Si no se toca bien, si un corredor es
sorprendido en un momento importante, si el bateador deja pasar la buena para
tirarle a la mala, si un pítcher no encuentra la zona de strike, es por “falta
de concentración”. Y es bueno preguntarse ¿por qué no se concentran, no es ese
su trabajo, no entrenan y vuelven a
entrenar, no tienen a técnicos que les exijan el cumplimiento de sus
responsabilidades?
Yo personalmente, conocedor de todo el sistema de la pirámide de alto
rendimiento, de la cantidad de entrenadores al servicio del béisbol, me
pregunto, ¿cómo es posible que un jugador que transite por todas las escuelas y
academias desde los 10 años de edad, después llegue a la Serie Nacional y no
sea capaz de ejecutar el ABC de su posición, que sus errores técnico-tácticos
sean garrafales?
Desde hace algún tiempo está de moda decir que estas cosas pasan porque son
“asignaturas pendientes”, pero pienso yo que, a este paso, se acumularán tantas
que la gran mayoría de los “alumnos” serán eternos desaprobados y habría que
analizar entonces el quehacer de los “profesores”.
El béisbol cubano tiene casi siglo y medio de historia, una tradición y una
fuerza que es preciso preservar. Insisto en que tenemos los talentos capaces de
darle un vuelco a la situación actual, hay que pulir los “diamantes en bruto”,
hacerlos brillar, motivarlos, porque además de lo expuesto, observo
indisposición en algunos prospectos.
No se puede esperar más. Si no aparece la solución, si se baja la guardia,
las asignaturas básicas seguirán pendientes y será difícil pasar de la
“primaria”, cuando se necesitan “graduados universitarios” de cara al Cuarto
Clásico Mundial. De corazón lo digo, porque lo siento y lo sufro, ¡estoy muy
preocupado!