JUAN
ANTONIO GARCÍA VILLA:
Hace alrededor de una
docena de años, la Universidad de Bristol realizó un amplísimo estudio sobre la
emoción en los deportes. Lo hizo sobre cinco disciplinas, a saber: futbol
americano, soccer, básquet bol, hockey sobre hielo y beisbol. Y luego de analizar,
sobre la base del modelo elaborado al efecto, las emociones en 600 mil
encuentros en promedio en cada uno de estos deportes, llegó a la conclusión de
que ninguno como el beisbol proporciona ese sentimiento humano tan agradable
que es la emoción.
Por ello, es una
verdadera lástima que un alto porcentaje de la población en el mundo y en
nuestro país, no lo sepa. Y también que desconozca cómo se juega el beisbol y
cuáles son sus fundamentos. Plena vigencia tiene aquí ese olvidado principio y
verdad de a kilo que reza: “nadie puede querer lo que no conoce”.
En la más reciente
Serie Mundial, SM, que acaba de concluir, entre Cachorros de Chicago e Indios
de Cleveland, un buen número de quienes en México conocen bien la alta
emotividad que brinda el beisbol como espectáculo, esta vez se acordaron de
ello. Quizá tal interés ahora obedeció al morbo suscitado por las llamadas
maldiciones que ambos equipos contendientes arrastraban. Chicago la de la Cabra
desde 1945 y Cleveland la de Colavito desde 1960.
Sin duda habría sido
mucho mayor el interés en nuestro país de haber tenido participación uno o más
mexicanos en la SM. Pero no fue así. Como tampoco el año pasado. En 2015 siete
compatriotas llegaron hasta la postemporada y nueve en 2016. Pero ninguno
estuvo en la SM. Y en contraste ¡increíble! sí brasileños. Inconcebible, al
menos hasta hace algunos años.
A lo largo de la
historia de 112 Series Mundiales, sólo veinte mexicanos han participado en
éstas, incluido un par de no nacidos en territorio nacional, pero que son y se
sienten mexicanos: Joel Zumaya y Sergio Romo. De Sergio Mitre no sé cuál sea su
estatus, por ello no está incluido en los veinte.
Del total, trece han
sido lanzadores y siete jugadores de posición. Desde otro ángulo, catorce
estuvieron con el equipo que ganó la SM y seis con el que la perdió. Por otra
parte, quince sí vieron acción en la Serie y cinco no. Sólo uno, Sergio Romo,
ha estado en más de una SM, en tres, y siempre con el equipo que la ganó:
Gigantes de San Francisco.
Por orden alfabético,
los veinte son: Alfredo Aceves, Alfredo Amézaga, Beto Ávila (el primero, en
1954), Jorge Cantú, Erubiel Durazo, Jaime García, Karim García, Benjamín Gil,
Aurelio López, Isidro Monge, Jorge Orta, Ramiro Peña, Horacio Piña, Armando
Reynoso, Aurelio Rodríguez, Enrique Romo, Sergio Romo, Fernando Salas, Fernando
Valenzuela y Joel Zumaya.
Pues bien, si en los
dos últimos años no ha habido mexicanos en SM, brasileños sí. El año pasado
Paulo Orlando, jardinero derecho con los Reales de Kansas City y en este 2016
Yan Gomes, receptor de los Indios de Cleveland. Ambos originarios de Sao
Paulo.
Si en México se
otorgara mayor atención al beisbol y apoyo a quienes profesionalmente lo pueden
practicar, tendríamos a numerosos compatriotas, como se dice, en el mejor
beisbol del mundo.
CARLOS RODRÍGUEZ
CANDILA:
Primero y como siempre,
buena columna y el detallazo de Rizzo al guardarse la pelota del último out de
ese machuconcito a la tercera que Bryant, además conforme avanzó y recogÍa la
pelota, ya mostraba una sonrisa y alegría como imagen y muestra de que ya con
eso eran los campeones, observad los videos.
Segundo: Reitero por si
no te llegó, nuestras felicitaciones de Magdalena
y mías por el trigésimo octavo
aniversario del matrimonio con la gran Señora Griselda; un abrazo para ambos con todo afecto y cariño.
Tercero: La
corrección que hago y no recuerdo de
todo el texto, quizá fue un error cuando extracto número 4 de tu análisis en esta columna es acerca
del fallido squezze play pues solo había un out y no dos como aparece en
esta columna.
El apunte que considero mala estrategia por parte de Maddon fue
que con dos strikes todavía quizo sorprender
con inusitada jugada empatado el juego, un out y corredor en tercera
base que podía anotar con un fly a jardín
exterior o bien un hit.
El bateador estaba ya a merced de fracasar, como
sucedió, teniendo en la novena entrada la carrera que los coronaba,pero la
antítesis o quizá buscando el factor sorpresa fracasó y llevó a extra innings
que por supuesto nosotros aficionados y espectadores generó tensión sobre todo
por lo último que agrego como observación personal y es:
Cuarto: Siempre y con excelencia de buen pitcheo del
abridor Hendricks con ventaja 3 carreras
en el marcador lo releva privándolo de
poder ser el ganador del juego como igual hizo con Lester en la octava
relevarlo para poner a Aroldis Chapman aun
con ventaja de 2 carreras en la octava sin más apremio y al cual le empataron
que llevó a 10 entradas y a punto de
perder de la serie porque no tanto su gran capacidad el día anterior había
hecho muchos lanzamientos (40 si no me equivoco) y sin lo que justifica el
cambio de pitcher por un cerrador de tal altura con su titubeante o cansado o
lo que el pánico escénico también es factor
permitió empate y puso en peligro
el título logrado por la ofensiva-defensiva que concluyeron lo exhibido en
temporada regular y juegos de play off y
además lo sorprendente resultar Chapman el pitcher ganador del juego y la serie
final llamada mundial aun siendo un torneo propio de EUA con la excepción de
que un equipo Los Azulejos de Toronto son extra fronteras de EUA , mas no
demerita que serie mundial y las ligas mayores
reúne lo mejor de béisbol universal.
Es todo, y sigan
festejando familia Rubio-Guzmán su 38
aniversario como los aficionados de
Chicago Cubs lo seguirán haciendo. Se lo merecían y además las valiosas
opiniones de amigos contribuyen para
enriquecer tus páginas excelentes.
Gracias y un abrazo.