lunes, 6 de julio de 2015

BIEN POR VOLVER AL ESPINO

DR. CARLOS RODRÍGUEZ CANDILA:
El darle al parque Héctor Espino su uso propio del béisbol, mejor hubiese sido de origen final como los Tigres o Los Leones, todo por la afinidad de aficionado a ambos equipos cuya constancia también participativa desde los años 50 del siglo pasado se han mantenido y sólo la excepción de los bengaceleces, antes capitalinos, al suspenderse la renta del parque del IMSS para primero hacerlo basurero de vehículos hasta llevarlo lo que ahora es un centro comercial. Esto, qué mejor prueba demostrativa de como la Conade o la SEP maltratan el desarrollo del béisbol mexicano, tal y como en esta misma columna Don Carlos Castillo Barrio señala y advierte de cómo no sólo se construyen espacios adecuados para la práctica del béisbol, sino sus antiguas instalaciones se utilizan incluso solo para convertirlas en canchas de futbol. Aclaro que nada tengo en contra del futbol y menos de otros deportes, más lo que con sapiencia señala el historiador del béisbol en Campeche y Yucatán, muchísimo fondo tiene del abandono o menosprecio que se va paulatinamente dando donde espacios para promover o mantener sobre todo como estadios o campos adecuados para práctica del béisbol cada día para otros fines.
Tu Lic. Jesús Alberto Rubio Salazar has sido el más férreo defensor de la conservación y más que nada en su tiempo que tal estadio siguiera siendo el recinto de los Naranjeros, pero políticas y esmeros más que desarrollo o progreso es el nuevo, basta sólo mencionar el Wrigley Field o el Fenway Park de Boston, aún vigentes, donde se ha procurado de acuerdo a la modernidad hacerlos prácticos y cómodos. Eso en algunas escasas sedes de béisbol profesional se ha logrado en México, citemos por ejemplo Monterrey, el mismo parque Kukulka de Mérida y ahora el de los Diablos Rojos del México que estrenaron este año (desconozco instalaciones pues a ningún juego he acudido, más que lo escaso por TV aprecio). Cito todo lo anterior omitiendo otros lugares para no ocupar espacio. Pero como vuelvo a repetir y bien señala nuestro dilecto amigo Carlos Castillo Barrio, por ejemplo la Liga Infantil de Yucatán la conozco y conocí más no sé cómo sigan circuitos similares en el D.F. como es la Maya o la Olmeca, cuyas instalaciones y organización han sido fomento de cultura y práctica de este deporte y a cambio muchos lugares en el D.F. de béisbol amateur fueron suplantadas para otros fines. Eso tiene solo una perspectiva: seguir futbolizando al país.
Muy bien por rescatar el estadio Héctor Espino y seguir aplicándolo para el propósito de su construcción: jugar béisbol de buen nivel; cosa que no se para que se use o exista en Mérida todavía el que fue sede desde su nacimiento para los ahora Leones y antes Venados "JULIO MOLINA" pero mejor conocido como parque Carta Clara. Desde entonces, en esos años 50´s del pasado siglo, seguí vigente un slogan para anunciar una marca de sombreros que todavía existe en la calle 5 de Febrero, un portal atrás del zócalo capitalino que anunciaba así: "De Sonora a Yucatán- sólo sombreros Tardán". Saludos y un abrazo para toda la hermandad y todo sea por el béisbol.

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