jueves, 28 de julio de 2016

ASIGNATURAS PENDIENTES

¿Hasta cuándo las asignaturas pendientes en el béisbol cubano?


Por Juan E. Batista Cruz

Las Tunas, Cuba.- La selección universitaria de Estados Unidos dominó a la nacional de Cuba 3-2, en el tope amistoso de cinco partidos, concluido este miércoles y que puso de manifiesto que siguen manifestándose las asignaturas pendientes en el plantel tricolor.

Con algunos cambios en la nómina que ganó 11 de los 20 partidos celebrados en la liga independiente CAN-AM, el equipo que dirige Róger Machado, era favorito para batir a los talentosos, pero aún inespertos jugadores escogidos en las diferentes universidades estadounidenses.

Una vez más, sin embargo, las lagunas presentes en el quehacer del béisbol cubano desde hace casi una década, salieron a flote y aunque el comportamiento del pitcheo y la defensa fue bueno, la ofensiva estuvo ausente no solo en cuanto a producción, sino también en la productividad, con nulidad casi absoluta de carreras impulsadas y de extrabases.

Frente a un pitcheo de mucho control con lanzamientos entre 88 y 93 millas, nada del otro mundo, los locales no embasaron a nadie en seis capítulos en el choque de apertura y, en sentido general, solo conectaron con regularidad en el choque de despedida, perdido 1 X 2, luego de dejar congelados en las almohadillas a una docena de corredores.

En los cinco partidos celebrados, los bateadores cubanos solo pudieron conectar 28 imparables, para promedio de cinco y fracción, solo cuatro dobles y ningún cuadrangular.

Claro, es preciso ser justos y destacar que, además del buen trabajo de sus lanzadores, la novena de Estados Unidos jugó brillante a la defensa, al tiempo que la ofensiva fue bastante oportuna y un ejemplo de ello es el encuentro del adiós, en el cual con solo tres indiscutibles lograron la victoria.

Es cierto que los topes, topes son, pero estos no solo sirven para engrasar la maquinaria, sino que deben tratar de ganarse por aquello de la elevación de la autoestima, de lo que ello significa como resorte sicológico, tanto desde el punto de visita individual, como colectivo.

No se trata de “hacer leña del árbol caído” Nada más lejos de eso, pero es que como se dice en buen cubano “ya llueve sobre lo mojado”. Mortifica, lacera, ver como uno tras otro, los jugadores de la alineación completa hacen swines a lanzamientos absolutamente desviados.

Llama poderosamente la atención que jugadores con experiencia no tengan paciencia, mesura, a la hora de enfrentar a los tiradores contrarios. Da la impresión de que llegan al home dispuestos a tirarle al primer pitcheo, venga por donde venga, razón por la cual enseguida quedan a merced del rival encaramado en la “lomita”.

Pero, hay más. Después de que se retiró Enrique Díaz, en Cuba no hay robadores de bases, se utiliza poco la acción de corrido y bateo, cuesta mucho trabajo anotar desde segunda con un jit y lo peor de todo, son demasiados aquellos que se equivocan en el desplazamiento entre las almohadillas y echan por tierra posibles carreras que, al final, pesan un mundo.

Mientras todo esto sucede ante el asombro de los aficionados, me molesta que sigan las justificaciones: Si no se toca bien, si un corredor es sorprendido en un momento importante, si el bateador deja pasar la buena para tirarle a la mala, si un pítcher no encuentra la zona de strike, es por “falta de concentración”. Y es bueno preguntarse ¿por qué no se concentran, no es ese su trabajo, no entrenan y vuelven  a entrenar, no tienen a técnicos que les exijan el cumplimiento de sus responsabilidades?

Yo personalmente, conocedor de todo el sistema de la pirámide de alto rendimiento, de la cantidad de entrenadores al servicio del béisbol, me pregunto, ¿cómo es posible que un jugador que transite por todas las escuelas y academias desde los 10 años de edad, después llegue a la Serie Nacional y no sea capaz de ejecutar el ABC de su posición, que sus errores técnico-tácticos sean garrafales?

Desde hace algún tiempo está de moda decir que estas cosas pasan porque son “asignaturas pendientes”, pero pienso yo que, a este paso, se acumularán tantas que la gran mayoría de los “alumnos” serán eternos desaprobados y habría que analizar entonces el quehacer de los “profesores”.

El béisbol cubano tiene casi siglo y medio de historia, una tradición y una fuerza que es preciso preservar. Insisto en que tenemos los talentos capaces de darle un vuelco a la situación actual, hay que pulir los “diamantes en bruto”, hacerlos brillar, motivarlos, porque además de lo expuesto, observo indisposición en algunos prospectos.


No se puede esperar más. Si no aparece la solución, si se baja la guardia, las asignaturas básicas seguirán pendientes y será difícil pasar de la “primaria”, cuando se necesitan “graduados universitarios” de cara al Cuarto Clásico Mundial. De corazón lo digo, porque lo siento y lo sufro, ¡estoy muy preocupado!   

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