martes, 2 de junio de 2015

MARIS & RUTH

1961: Roger Maris rompió el récord de Babe Ruth (61*)



Serie Cien Años de Béisbol en Guanajuato.


Jorge A. Cervantes Jáuregui.


Llevar a la pantalla de cine historias imaginarias o muy cercanas a la realidad en el deporte, ha sido algo recurrente en el caso del béisbol.

Hace pocos años, por ejemplo, y sólo por citar algunas, la película del “Juego Perfecto”, que recrea la hazaña de los Pequeños Gigantes de Monterrey en 1957.

También,. la historia de “Babe” Ruth, Lou Gehrig, tal vez más recientemente “42”, sobre Jackie Robinson, quién rompiera la barrera de la marginación racial.



En días recientes disfruté de “61*”, así es, un 61 con un asterisco, la que se refiere a aquella inolvidable campaña del año de 1961 en las Ligas Mayores de béisbol, en la que Roger Maris, en gran competencia con Mickey Mantle, los dos grandes integrantes de los Yankees de Nueva York, dieron lugar a una histórica campaña.

Si se consultan datos sobre Roger Maris, por ejemplo en la Enciclopedia libre Wikipedia, realmente hay bastante veracidad entre lo que ahí se ha documentado y lo visto en la película.


Maris, llegó a Yankees en 1960, luego de haber debutado en 1957 con Indios de Cleveland y el año siguiente pasó a Atléticos de Kansas City. En 1959 jugó su primer juego de estrellas y llenó al ojo a los “Mulos”.

En 1960 tuvo gran temporada pues además de batear gran número de jonrones, también su defensiva siempre fue relevante y entregada a la causa y fue declarado jugador más valioso.



La película muestra el desarrollo de la temporada de 1961 y todos sus avatares. Maris, con la presión de revalidar su calidad del año anterior, no podía batear, hasta que una decisión del Manager Ralph Houk, de cambiarlo de cuarto a tercer bat, para dejar a Mantle atrás de él, pareció ser lo que le quitó presión y empezó la feria de batazos entre los dos.

La relación entre ellos, por lo que se narra, era cordial y Maris, nada apegado a la vida disipada de Mantle (de quién eran famosas sus parrandas independientemente de tener que jugar al día siguiente), fue siendo consistente de manera tal que al llegar a los 50 “para la calle”, empezó a ser el centro de la atención pero sobre todo de todos aquellos que no querían que alcanzara a Ruth (el Alto Comisionado en turno, periodistas, aficionados, la viuda de Ruth por supuesto) que ejercieron terrible presión y acoso sobre Maris al grado del estrés, la desesperación y casi la enfermedad.



Por parte de los equipos rivales, o base por bola intencional, o lanzamientos difíciles (en la película y narraciones de la época señalan que metían a lanzarle a pitchers que tiraba bola de nudillos), o bien el manager amenazaba con multar al lanzador a quién Maris le pudiera dar el jonrón 60.

En reunión especial al sentir que se acercaba al récord, el Alto Comisionado, considerando que la Liga Americana en ese año se expandió de 8 a 10 equipos y el número de juegos se incrementó en 8 (154 a 162), tomó la decisión de que si no lo rompía en 154, el récord de Ruth seguiría vigente y el de Maris, dado el caso, se indicaría con un asterisco para diferenciarlo.



En el juego 154 Maris bateó el 59 y llegó a 61 en el último juego. Por tal razón durante muchos años quedó como 61*, título del filme.

El récord perduró 37 años, hasta que Mark McGwire de Cardenales en 1998 bateo 70.

Recordemos, que el vigente es de Barry Bonds que en 2001 dio 73.


Es sabido que estos dos peloteros se dieron su “ayudadita” con anabólicos. Los dos son peloteros de la Liga Nacional y por lo consultado, el récord de Maris en la Americana sigue vigente.

Fue hasta 1991, 6 años después de la muerte de Maris, ocurrida en 1985, que el Alto Comisionado de entonces, eliminó el famoso asterisco.

De ese tamaño ha sido el respeto por el “Babe”, y si no que le pregunten a Hank Aaron, en la búsqueda y logro de alcanzar y romper la marca de 714 también de Ruth.



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