1961: Roger Maris rompió el récord de Babe Ruth (61*)
Serie Cien Años de Béisbol en Guanajuato.
Jorge A. Cervantes Jáuregui.
Llevar a la pantalla de cine
historias imaginarias o muy cercanas a la realidad en el deporte, ha sido algo
recurrente en el caso del béisbol.
Hace pocos años, por ejemplo, y
sólo por citar algunas, la película del “Juego Perfecto”, que recrea la hazaña
de los Pequeños Gigantes de Monterrey en 1957.
También,. la historia de “Babe”
Ruth, Lou Gehrig, tal vez más recientemente “42”, sobre Jackie Robinson, quién
rompiera la barrera de la marginación racial.
En días recientes disfruté de
“61*”, así es, un 61 con un asterisco, la que se refiere a aquella inolvidable
campaña del año de 1961 en las Ligas Mayores de béisbol, en la que Roger Maris,
en gran competencia con Mickey Mantle, los dos grandes integrantes de los
Yankees de Nueva York, dieron lugar a una histórica campaña.
Si se consultan datos sobre Roger
Maris, por ejemplo en la Enciclopedia libre Wikipedia, realmente hay bastante
veracidad entre lo que ahí se ha documentado y lo visto en la película.
Maris, llegó a Yankees en 1960,
luego de haber debutado en 1957 con Indios de Cleveland y el año siguiente pasó
a Atléticos de Kansas City. En 1959 jugó su primer juego de estrellas y llenó
al ojo a los “Mulos”.
En 1960 tuvo gran temporada pues
además de batear gran número de jonrones, también su defensiva siempre fue relevante
y entregada a la causa y fue declarado jugador más valioso.
La película muestra el desarrollo
de la temporada de 1961 y todos sus avatares. Maris, con la presión de
revalidar su calidad del año anterior, no podía batear, hasta que una decisión
del Manager Ralph Houk, de cambiarlo de cuarto a tercer bat, para dejar a Mantle
atrás de él, pareció ser lo que le quitó presión y empezó la feria de batazos
entre los dos.
La relación entre ellos, por lo que se narra,
era cordial y Maris, nada apegado a la vida disipada de Mantle (de quién eran
famosas sus parrandas independientemente de tener que jugar al día siguiente),
fue siendo consistente de manera tal que al llegar a los 50 “para la calle”,
empezó a ser el centro de la atención pero sobre todo de todos aquellos que no
querían que alcanzara a Ruth (el Alto Comisionado en turno, periodistas, aficionados, la viuda de Ruth por supuesto) que
ejercieron terrible presión y acoso sobre Maris al grado del estrés, la
desesperación y casi la enfermedad.
Por parte de los equipos rivales,
o base por bola intencional, o lanzamientos difíciles (en la película y
narraciones de la época señalan que metían a lanzarle a pitchers que tiraba
bola de nudillos), o bien el manager amenazaba con multar al lanzador a quién
Maris le pudiera dar el jonrón 60.
En reunión especial al sentir que
se acercaba al récord, el Alto Comisionado, considerando que la Liga Americana
en ese año se expandió de 8 a 10 equipos y el número de juegos se incrementó en
8 (154 a 162), tomó la decisión de que si no lo rompía en 154, el récord de
Ruth seguiría vigente y el de Maris, dado el caso, se indicaría con un
asterisco para diferenciarlo.
En el juego 154 Maris bateó el 59
y llegó a 61 en el último juego. Por tal razón durante muchos años quedó como
61*, título del filme.
El récord perduró 37 años, hasta
que Mark McGwire de Cardenales en 1998 bateo 70.
Recordemos, que el vigente es de
Barry Bonds que en 2001 dio 73.
Es sabido que estos dos peloteros
se dieron su “ayudadita” con anabólicos. Los dos son peloteros de la Liga
Nacional y por lo consultado, el récord de Maris en la Americana sigue vigente.
Fue hasta 1991, 6 años después de
la muerte de Maris, ocurrida en 1985, que el Alto Comisionado de entonces,
eliminó el famoso asterisco.
De ese tamaño ha sido el respeto
por el “Babe”, y si no que le pregunten a Hank Aaron, en la búsqueda y logro de
alcanzar y romper la marca de 714 también de Ruth.
No hay comentarios:
Publicar un comentario