Por
Cesáreo Suárez Naranjo
Aparte de las
extraordinarias actuaciones de BECERRIL FERNÁNDEZ, Al Pinkston y Aldo Salvent,
el desarrollo de la Liga Mexicana en su temporada número 36 - esto es, la de
1960 - mostró el siguiente panorama:
El retorno de los
Pericos de Puebla, tomando el lugar de los Tecolotes de Nuevo Laredo (y
conservando la mayoría de los jugadores); el segundo título de los Tigres del
México, en sus apenas seis años de existencia; la despedida del beisbol, como
pelotero activo (y después de once años en las Mayores) de Beto Ávila,
aceptando la invitación de Alejo Peralta, para que lo hiciera enfundado en la
franela de los "felinos"; el surgimiento de un pelotero cubano -
jugando para los mismos Tigres - quien se reivindicó de la mala temporada que
tuvo el año anterior: Luís Tiant.
Y, entre todo eso, el
fracaso rotundo de nuestro circuito en sus encuentros contra los fortísimos
conjuntos de la Liga de Texas (experimento que terminaría al concluir la
siguiente campaña).
¡En fin!, que hasta
pudiéramos hablar "un poco" de lo que pasaba en la Liga Central
(clasificada como Clase "C") donde se dio aquel juegazo entre los
equipos Aguascalientes y León; militando, en este último equipo, un pitcher
quien - !por sólo ese hecho: el de lanzar 27 entradas en un partido, sin
necesitar de relevo! - pasó a la inmortalidad; se trata (y muchos de ustedes lo
recuerdan) de Hugo Ríos quien perdió finalmente el partido - 5 carreras a
cuatro - ante la sucursal de los Tigres (¿quién se acuerda de Javier Rodríguez
y Gregorio Polo?).
Y, "por ahí",
formándose en esa misma liga menor, con el equipo de San Luís Potosí, andaba un
muchacho que daría mucho que hablar durante más de 20 años que permaneció en la
máxima liga veraniega de nuestro país; mucho que hablar, decíamos, por sus
enormes facultades, como también por su rebeldía; Héctor Espino.
Pero, !bueno!, vayamos
a la temporada de 1961. Y vamos a caer en una "verdad de Perogrullo",
al decir que temporada tras temporada, los directivos de los equipos buscan
reforzarlos, comprando o haciendo los cambios necesarios para traer a tal o
cual pelotero, que "les ha llenado el ojo".
Obviamente eso fue lo
que pasó con los directivos de los Diablos Rojos, quienes convinieron con el
dueño del Águila a que les pasara al jugador más codiciado en esos momentos. Y
ese pelotero era, sin duda, BECERRIL FERNÁNDEZ. Y fue, así, que se dio el
cambio más sonado de todos los tiempos, en la Liga Mexicana.
Pero, hagamos un poco
de historia. Los pingos, durante los últimos años de la década de los
cincuentas, habían tenido como dueño a Héctor Peralta, hermano de Alejo (y de
"Cacho" - Anacarsis).
Más, sucedió, que
Héctor tenía inversiones en Cuba. Y al triunfar la revolución, con Fidel Castro
a la cabeza, se vino la nacionalización de las empresas, y Peralta se vio un
tanto "descapitalizado".
Para sacar adelante las
cosas, de manera temporal, don Alejo se hizo cargo del "paquete".
Pero, para 1960 (si mal no recuerdo) los Diablos ya tenían nuevos dueños: los
señores Manuel Marrón, Víctor Rivero, Jaime de Haro (y no sé si, también,
Rafael Lebrija). Y ofrecieron a ese tremendisimo jugador (por estatura y
calidad) Al Pinkston. Y además, le dieron la "ñapa" a Carlos Rubio
(el dueño del equipo porteño) en la persona de Ernesto García.
Todavía, en el cambio,
Rubio se dio el lujo de incluir a Pepe García (!sin pena, ni gloria!).
El caso es que el
Águila, con Santos Amaro al timón, quedó "armado, hasta los dientes",
para - así - obtener el gallardete de esa campaña. Los Diablos, con muy buenos
jugadores, aun tendrían que esperar tres años más, y la llegada de Arnulfo Rodríguez,
como gerente (y Tommy Herrera, de mánager), para lograr otro título.
Ahora bien; este era
1961; y BECERRIL tendría, por managers, al Chero Mayer - aún activo, como
jugador -, a quien sustituyó Wilfredo Calviño el 28 de Mayo. Y, de compañeros a
Leo Rodríguez, Jungla Salinas, Gene Collins (Motocicleta), mi pariente Alberto
Joachín, Rafael Fabela, Beto Palafox, Humberto Guerrero (Pajarito), Felipe
Montemayor, Herminio Cortés, Aaron Flores, Tomás Herrera, Ronnie Camacho (quien
había iniciado la temporada - también - con el Águila), etc.; "más, de
ésto", en nuestro próximo.
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