CARLOS
RODRÍGUEZ CANDILA:
El más distinguido en
efectividad de batear bolas fuera de la zona de strike, incluso como Buck Canel
y el gran Mago Septien notaron esa facultad y en su tiempo describieron en sus
narraciones, Yogi Berra fue extraordinario y completo cátcher y bateador.
Mucho de lo que Don
Larsen logró con efectividad para su juego perfecto fue la conducción detrás del plato indicada por Yogi
y la foto más elocuente tal histórico partido del 8 de octubre de 1956 es
cuando cae el out 27 con júbilo va corriendo a felicitar a Larsen casi colgado
del cuello de pitcher cuya hazaña no se ha repetido.
Más insisto, cuánto
crédito se le da un cátcher en su cansada y más sufrida posición y labor de un
juego, por ejemplo en extra innings, donde se relevan a cinco o más pitchers e
incluso jugadores de infield o outfield y el cátcher sigue allí firme en tantas
posturas que tiene que desempeñar desde agacharse, pararse sobre inclinarse,
levantarse, correr por toque de bola o rola al infield por si escapa la bola al
primera o tercera base, el sentido y oído cuando el foul es detrás de él y/o
hacia los lados entre primera o tercera base.
Incluso, la colocación
de campo según bateador y jugada esperada, orientar al pitcher sea por cruce
señal o bien porque nota que sus movimientos los hace mal, vigilar corredores
en base e incluso sacarlos porque nota que hay posibilidad y más cuando se trata del robo de primera
segunda con tiro más largo que cuando es a tercera, además de rifársela a
embestidas del out en home..
Asimismo, atender
señales del manager, y finalmente si acabar con más acciones, quitarse los
arreos y responder con fuerza y poder o con precisión según se le indica.
En fin, muchos
excelentes catchers además de aguantar balazos que incluso terminan con los
dedos deformados --como el “Pilo” Gaspar”--
pues soportar tiros de 90 o más millas por hora en MLB o ligas profesionales
desde AA y AAA.
Eso Yogi Berra lo hizo
y dejó historia completa sin considerarle que además incluso llegó a brincar
para pegarle a la pelota y con efectividad
lo que escasos peloteros lograron
atento siempre incluso al menor descuido cuando se le pretendía dar base
intencional buscó y logró hacer
contacto.
Y si algo mas de chispa
y talento tuvo fue con sus bien acuñadas e inesperadas frases ocurrentes pero
profundas como esa de "Hoy Temprano se hizo tarde" y más de la
que sobresale: "Esto no se acaba hasta
que se acaba" o como otra de cuando el Papa Juan XXIII le dio audiencia y lo recibió con la frase “Hola Yogi y él
contestó Hola Papá" según sus biógrafos.
TODO UN PERSONAJE DE HISTORIA.
QEPD su cuerpo, más él seguirá presente en la eternidad de ese deporte llamado Béisbol . Para mí el
mejor jugador sobre todo en tal posición por encima de todos.
CESÁREO SUÁREZ NARANJO:
¡Cierto! ¡Se fue! Y hay veces, que cuesta
trabajo aceptarlo. Pero, en el caso de Lawrence Peter Berra, a quien todos
conocimos como "Yogi" (pero, como te conté, en alguna ocasión, su
madre lo llamaba: "Lodi" ¿por qué? ¡no lo imagino!), siento que llega
"un día, en que todos iremos, ÉL y otros grandes, a formar parte del
"equipo del Señor"; y los que jugamos "menos", o siempre
han sido aficionados, a llenar las "gradas" de aquel parque, enorme,
que es el cielo (con palabras mayúsculas).
Y, preguntaré: ¿qué le faltó hacer al gran Yogi?
Considero que nada, absolutamente.
¡Como que hasta tuvieron que agregarle ciertas
palabras, y frases, a las enciclopedias...porque, al final de cuentas:
"¡esto no se acaba, hasta que se acaba!".
Para mí, la escena que se me quedó "más
grabada", es - obviamente - cuando "enreda las piernas"
alrededor de la cintura de Don Larsen.
Y, ¿sabes qué? En una de esas ediciones que me
regalaron, del "The Sporting News", hay una anécdota, de cuando
comenzaba. Resulta ser que ese día estaba teniendo, ¿qué crees? ¡un mal día!,
Todo le iba mal. Pero a su compañero de equipo, el gran Joe Dimaggio, tampoco
le había ido muy bien, que digamos.
El Yogi salió de la caseta, para cubrir uno de
los jardines (antes de que cubriera, por mucho tiempo, la receptoría) pero iba
desganado, un paso todo falto de entusiasmo...cuando, sintió una palmada en su
hombro, era DiMaggio, que pasaba como siempre, con mucho ánimo, a su pradera; y
le dijo al Yogi: ¡Vamos, muévete!
Y, así, YOGI aprendió a que aun teniendo malos
momentos, tendría también, otros y muchos buenos momentos.
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