Por
Yirsandy Rodríguez
Orestes
“Minnie” Miñoso fue una leyenda de los White Sox, un ícono para los peloteros
cubanos y latinos pero, sobre todo, uno de los casos más ilustres de la
historia del béisbol que aún no está en el Salón de la Fama de las Grandes
Ligas.
Aun
no sé si deberíamos conservar esperanzas de que esa situación cambiará, pero
aun así, lo más importante para quienes admiramos el legado de Minnie, ha sido
su impactante historia dentro del juego.
En
20 temporadas entre 1949 y 1980, Miñoso se convirtió en el único jugador de
todos los tiempos que pudo aparecer en un juego oficial durante cinco décadas.
Su consistencia probablemente ha sido más subvalorada de lo que realmente
significó, por todos los retos que superó debido a su color de piel.
Pero
a pesar de lidiar con la difícil barrera racial cuando comenzó a vivir la
realidad del sueño americano en su juventud, Minnie también disfrutó el orgullo
de trascender como el primer jugador negro en Chicago y la primera “estrella
negra” latina en las Grandes Ligas. Jugó 1,835 partidos entre 1949 y el 5 de
octubre de 1980, cuando hizo su última aparición en el “Big Show” a la edad de
54 años en un partido ante los California Angels.
Como
señala David Maraniss en su maravilloso libro “Clemente”, el legendario
escritor afroamericano Wendell Smith escribió sobre lo que tuvo que enfrentar
Miñoso cuando fue a los entrenamientos de primavera en Florida:
No
puedes vivir con tus compañeros de equipo.
No
puede comer el tipo de comida que necesita su cuerpo atlético.
No
puede tomar un taxi por las mañanas que lo lleve al estadio de béisbol, a menos
que sea conducido por negros.
No
puede ingresar al hotel en el que vive su gerente sin antes recibir un permiso
especial.
No
puedes ir a una película o club nocturno en el corazón de la ciudad, ni
disfrutar de ninguna de las otras instalaciones recreativas normales que
disfrutan tus compañeros blancos de manera tan natural.
No
puede traer a su esposa e hijos a la ciudad donde está entrenando porque no hay
alojamiento disponible donde está ‘encarcelado’.
No
puede, incluso si hay instalaciones, llevarlos a las extensas playas o parques
de la ciudad, a menos que, por supuesto, estén designados para “negros”.
No
puede hacer nada de lo que haría normalmente en cualquiera de las ciudades de
las grandes ligas donde se gana la vida durante el verano.
Estás
alojado en un vecindario en el que normalmente te avergonzaría que te vieran.
Pero
el corazón de Miñoso y su amor por el juego lo ayudaron a sobrevivir, a
conservar una sonrisa permanente en su rostro. Minnie y otros peloteros negros
vivían en residencias sin teléfonos, no podían ser atendidos por los
entrenadores de inmediato, porque vivían en los hoteles donde se hospedaban
solo los blancos. Rara vez podían intercambiar historias de vida o experiencias
con los jugadores blancos, porque generalmente no venían a la parte de la
ciudad donde se alojaban.
Sin
embargo, Miñoso soportó cada humillación mostrando su entusiasmo dentro y fuera
del terreno de juego. Superó la represión de la sociedad hacia los jugadores
negros y, con el paso del tiempo, logró cautivar a la fanaticada de Chicago
hasta convertirse en una adorable estrella del béisbol.
El
manager de los White Sox, Bill Veeck, fue el gran inspirador para que Miñoso
regresara y pudiera pasar a la historia como el único pelotero capaz de jugar
en cinco décadas. Veeck le ofreció un par de turnos al bate a Minnie en los dos
últimos juegos (161 y 162) de los White Sox, el sábado 4 y el domingo 5 de
octubre de 1980. Miñoso bateó de 2-0 en los éxitos por 4-2 y 5-3 de Chicago
ante California Angels, así que su último hit quedó registrado el 12 de
septiembre de 1976.
En
aquel partido, Minnie bateó un sencillo al left con corredor en primera y dos
outs en la parte baja del segundo inning, atrapando un pitcheo del abridor de
los Angels, Sid Monge. Hasta el Opening Day de esta temporada de 2021, ese hit
estaba registrado como el número 1,963 para Minnie. Sin embargo, MLB finalmente
le dio el merecido lugar a los jugadores de Las Ligas Negras, adicionando sus
estadísticas a la actuación que registraron en las Grandes Ligas.
Con
ese movimiento, casi 41 años después de su retiro, la ilustre carrera de Minnie
Miñoso ascendió a un nuevo nivel: ¡Ahora es parte del club de los cinco cubanos
que batearon al menos 2,000 hits en MLB!
La
adición de sus 147 hits en 111 juegos en Las Ligas Negras, hace que los 2,110
hits de Minnie pasen a ser la cuarta marca entre los peloteros cubanos,
desplazando a Tony Taylor (2,007). Así quedó la lista histórica:
Rk |
Bateador |
Temporadas |
Hits |
1 |
Rafael Palmeiro |
20 |
3020 |
2 |
Tony Pérez HOF |
23 |
2732 |
3 |
Bert Campaneris |
19 |
2249 |
4 |
Minnie Miñoso |
20 |
2110 |
5 |
Tony Taylor |
19 |
2007 |
6 |
Tony Oliva |
15 |
1917 |
7 |
José Cardenal |
18 |
1913 |
8 |
José Canseco |
17 |
1877 |
9 |
Leo Cárdenas |
16 |
1725 |
10 |
Cookie Rojas |
16 |
1660 |
Fuente:
Baseball-Reference
La actuación de Minnie en las Ligas Negras fue tan
consistente, que logró elevar un punto su promedio, de .298 a .299. Su WAR,
según la versión de Baseball-Reference, escaló 3.5 puntos, de 50.3 a 53.8. Así
ocurrió también con la suma de 29 doble, 12 triples, nueve jonrones, 70 RBIs y
11 bases robadas, 89 carreras anotadas y 36 bases por bolas.
Aquí
está la comparación de cómo lucían los números de Minnie antes y después de
agregar sus estadísticas de Las Ligas Negras:
Minnie Miñoso |
NUMERITOS |
Minnie Miñoso |
4 de julio |
Fecha de Comparación |
4 de abril |
20 |
Temporadas |
17 |
1946 |
Desde |
1949 |
1980 |
Hasta |
1980 |
13 |
All-Star Game |
9 |
1946 |
JJ |
1835 |
8223 |
CB |
7713 |
7048 |
VB |
6579 |
1225 |
CA |
1136 |
2110 |
H |
1963 |
1455 |
1B |
1358 |
365 |
2B |
336 |
95 |
3B |
83 |
195 |
HR |
186 |
1093 |
CI |
1023 |
216 |
BR |
205 |
130 |
CR |
130 |
850 |
BB |
814 |
584 |
SO |
584 |
.299 |
AVG |
.298 |
.387 |
OBP |
.389 |
.461 |
SLG |
.459 |
.848 |
OPS |
.848 |
53.8 |
bWAR |
50.3 |
Los 655 extra bases de Minnie, también incluyeron al
13 veces All-Star en una lista selecta de solo tres cubanos con al menos 1,500
hits, 500 extra bases y 1,000 RBIs, junto a Rafael Palmeiro y Tany Pérez.
Sí, ¡historia con letras mayúsculas!
Gracias
por ese gran legado, Minnie.
(Tomado del blog de Yirsandy, InsideBaseballdeCuba)
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