domingo, 28 de febrero de 2021

Roger Hornsby...!

 YES! Al Bat


Bateadores de muy alta expresión


Entre ellos, Roger Hornsby fue también de otra dimensión en el beisbol de Ligas Mayores, especialmente con los Cardenales de San Luis.


Por Jesús Alberto Rubio


Hablar de los grandes bateadores de todos los tiempos en el beisbol de Ligas Mayores conlleva un tema por demás formidable.


Hacerlo, sin duda representa una profunda evocación y admiración/reconocimiento a quienes trascienden con gran esplendor beisbolero en esa especialidad.


En efecto, significan palabras de mucho peso mencionar Babe Ruth, Lou Gehrig, Ted Williams, Joe DiMaggio, Hank Aaron, Willie Mays, Mickey Mantle, Duke Snider, Stan Musial, Roberto Clemente, Carl Yastrzemski, Tony Oliva, Pete Rose, Mike Schmidt, George Brett, Reggie Jackson,  Wade Boggs, Barry Bonds, Miguel Cabrera e Ichiro Suzuki.


Si nos vamos al túnel del tiempo, deber llama honrar la memoria de Ty Cobb, Joe “Descalzo” Jackson, Sam Crawford, Honus Wagner, George Sisler, Tris Speaker, Jimmie Foxx, Hack Wilson, Hank Greenberg, Jackie Robinson, Ernie Banks, Frank Robinson, Orestes “Minnie” Miñoso, Rod Carew, Fred Lynn, Tony Gwynn y Ken Griffey Jr., entre otros notables del pasatiempo del mismo calibre.


En ese rico túnel del tiempo, qué decir de Joshua Gibson, Martín Dihigo (pitcher y bateador) y Buck Leonard, ubicados entre los más notables del beisbol de las Ligas Negras y a quienes la vieja afición de los años 40 disfrutó y admiró su juego en la Liga Mexicana.


De la misma estirpe y dimensión, también lo fueron Oscar Charleston, John Henry “Pop” Lloyd, Grant “Jonrón” Johnson, Burnis “Wild Bill” Wright, James “Cool” Papa” Bell, Frank Grant, Willie “Diablo” Wells, Ted “Double Duty” Radcliffe, Ray Dandridge, Alejandro Oms, Roy Campanella, William C. “Barney” Serrell, Jud Wilson, Monte Irvin, George “Mule” Suttles, Cristóbal Torriente, Buck O´Neil…


Y, en el presente, cuánto valor tienen, por ejemplo, los George Bell, Sammy Sosa, Manny Ramírez, Alex Rodríguez, José Altuve, Joe Mauer, Albert Pujols y los más recientes de la última década como José Abreu, Yoenis Céspedes, Mookie Betts y DJ LeMahieu.


No terminaría de mencionar a más granes bateadores de todos los tiempos que brillaron con luz propia en Ligas Mayores, Ligas Negras, México, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Dominicana y otros países hermanos de habla hispana.


¿Pero, a dónde voy con el inicio de este tema?


Verá qué cosa:


Roger Hornsby


Hoy toca hablar de un excelso pelotero que también maravilló por su forma de bateo: Roger Hornsby, de lo más notable por sus impresionantes registros.


“Rajah” Hornsy está catalogado en la Gran Carpa como uno de los mejores bateadores derechos de todos los tiempos.


Y es que mientras que en los años 20 las actuaciones de Babe Ruth sorprendían a la fanaticada, este jovencito texano que jugaba la segunda base para los Cardenales de San Luis, había empezado la década con un alto porcentaje de bateo de .370.


Dicen sus contemporáneos que Hornsby, tenía un carácter serio, reservado y “los ojos más fríos que alguien pudo ver en el beisbol”.


Cuando en 1924 terminó con .424 de bateo, (el récord en la Liga Nacional), el gran “Rajah” se aventó la puntada de decir: “No quiero ser pretencioso ni arrogante, pero cada vez que aparezco en el home bat en mano, no puedo evitar sentir lástima por el lanzador...”.


La pasión de Hornsby por el bateo, parecía intocable:


Un día antes de un juego contra Filadelfia, uno de los jugadores de ese equipo le preguntó sobre el arte de batear: Roger recogió el bat para demostrarle vivamente la respuesta y, en pocos minutos, media docena de Filis estaban colocados en círculo junto a él para escuchar sus tips.


En su época, todos los peloteros gustaban de rodearle en el campo para aprender de sus enseñanzas de bateo, fuese de jugador o mánager.


Notable bat


Rogers Hornsby, tres veces bateó arriba de .400 jugando para Cardenales y terminó su carrera con un average impresionante: .358, el segundo mejor en toda la historia de Ligas Mayores, abajo del .367 de Ty Cobb, “el durazno” de Georgia.


Con los Cardenales bateó .424 en la campaña de 1924. Tuvo otras enormes temporadas de .370, .397, .384, .387, .380 y  .403…. 


En promedio, entre 1921 y 1925, logró .402 de average.


Dos veces ganó la Triple Corona de Bateo: 1922: .401, 152 CP y 46 HR, además anotó 141; 1925:  .403, 143 CP y 39 HR.


A partir del 20, el joven segunda base logró ¡seis títulos! consecutivos de bateo en la Nacional (del 21 al 25) y en la década acumuló un average por demás impresionante: .380.


Terminó su carrera con 301 jonrones y empujó 1,584 carreras. Su mejor año en jonrones fue de 42 en 1922.


La capital de bateo


En 1922, San Luis fue la capital del bateo en el mundo: 


George Sisler, con .420 jugando para los Cafés, y Hornsby .401. Entre los dos, coleccionaron un tremendo .496. 


Obviamente, tiene desde 1942 un nicho de oro en el Salón de la Fama con sede en Cooperstown.


Más grande honor no podía recibir.


En el 26 fue mánager-jugador de San Luis y le ganó el clásico otoñal a los Yankees con todo y sus Babe Ruth, Gehrig, Earl Combs y el novato Tony Lazzeri.

 

En ese clásico, el Bambino pegó cuatro de vuelta entera. 


Pero ni así ganaron los Mulos.


Durante trece años dirigió varios equipos; primero a Cachorros y luego a Cardenales, con quienes ganó su único título mundial en su carrera de estrella ligamayorista de 23 años.


Por ello, al combinarse como mánager-jugador (en sus últimos ocho años sólo vio acción en 294 partidos; 35 por año), finalmente se quedó con 2,930 hits de por vida, muy cerca de la cifra mágica de los 3 mil.


…En México y su otra pasión


Su pasión, sin embargo, más allá del beisbol, lo fueron las apuestas en carreras de caballos.


Por ello, he aquí una faceta de su vida y ejemplo que lo pintaba tal cual:


Exacto: a Hornsby, la fanaticada mexicana le tocó admirarlo muy de cerca:


Primero, en 1935 cuando ya cifraba los 40 años de edad, jugó en el viejo Parque Delta del Distrito Federal en el Major League Stars, dando una excelente demostración de su poder al bat, especialmente con un cuadrangular que mandó entre los jardines izquierdo y central.


Luego, en 1944, al aceptar la invitación del magnate Jorge Pasquel para venir a dirigir a los famosos Azules de Veracruz, ya se imaginará el gran revuelo que armó la presencia del gran “Rajah” del beisbol.


Sin embargo, no terminaría la campaña con los Azules:


De la noche a la mañana, anunció que se retiraba del juego para irse a su vicio de siempre: las carreras de caballos... caray.


Para cerrar, si gusta conocer la dimensión de su vida en el beisbol, lo invito a que acceda a mi blogspot redesbeisbol: http://beisbolredes.blogspot.com/

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